Nadie pensaría que la basura, cuando es aprovechada, se convierte en el mejor imperio económico, sobre todo en respaldo para muchas familias. El reciclaje de fierro es una opción de sobrevivencia y se convierte en respiro para la gente de escasos recursos.
Y entre más reúnan las personas dedicadas a la recolección de este material, más es la ganancia, pues favorece al bolsillo. Juan Jesús Olivares Bautista emprendió hace 16 años su propio negocio; ahora tiene un total de cuatro sucursales, dedicadas a recibir esta clase de insumos que otros tiraron.
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A dos años de cumplirse la pandemia causada por el covid-19, agradece a Dios que estos establecimientos fueron catalogados como esenciales, lo que permitió apoyar a la economía de familias de escasos recursos.
“Bendito sea Dios a nosotros nos catalogaron como negocio esencial, más que nada porque es una entrada de dinero para las familias de escasos recursos, para los pepenadores y carretoneros. Así que nosotros no cerramos porque si no, ellos no habrían tenido cómo vender su ‘chatarrita’, así que afortunadamente no nos cerraron, aunque sin duda nos afectó la pandemia”.
Dijo que el panorama es difícil, pues a pesar de que incrementaron los precios en este tipo de artículos, no será un año de recompensas.
“En un año, los precios aumentaron, principalmente el cartón; todo lo que es archivo subió prácticamente a dos pesos. El año pasado, entre octubre y septiembre aumentaron los precios, lo que nos ha ayudado a motivar a la gente y así nos llegue más producto, más chatarra. Pero apenas van unos días de un nuevo año, y la verdad las cosas no mejoran, y ni apuntan a que vayan a mejorar, porque hay un estancamiento, incluso esta semana ha estado muy tranquila”.
¿Cuánto cuestan el kilo?
Hoy en día, el kilo del bote de aluminio está pagándose al público a 15 pesos; el kilo de cobre, 126 pesos; el kilo de bronce, a 90; acero inoxidable, 21; aluminio sucio o limpio, 16 y 18 pesos; chatarra a 3.80 el kilo; el cartón, 1.80 pesos, cuando antes estaba a 30 centavos.
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Así se convirtió en emprendedor y dio empleos a más personas
Olivares Bautista soñó con este negocio, y la constancia permitió ver cristalizado este proyecto que cumplió, tras ser liquidado de la empresa en la que laboraba.
Compró una camioneta vieja, entrando con ella a las colonias más populares, y por consiguiente, yendo a las zonas rurales, y en altavoz, pregonaba: “fierro viejo que vendan”.
Así comenzó esta historia de éxito, pepenando, acarreando material que vendía en negocios, y con los que ahora cuenta.
Al señalar que ha generado en 16 años 100 empleos base, e indirectos entre 500 a mil trabajos, porque son precisamente los pepenadores quienes retribuyen con sus entregas a este comercio del reciclaje que, del sur de Tamaulipas, va dirigida a Veracruz, San Luis Potosí, Nuevo León y Río Bravo.
“En total, bendito sea Dios tenemos cuatro negocios; la matriz la tenemos en la colonia Albañiles en la calle 18 de Marzo, en Altamira, Tamaulipas; se llama ‘Reciclados El Morro’. También hay otra sucursal en Altamira, en Batería 7, y en Tampico en la colonia Tamaulipas, a cuadra y media de la Unidad Deportiva; y sobre la avenida Álvaro Obregón, en la colonia Hipódromo de Madero”.
Tiene en proyecto comprar nueva maquinaria para compactar lo que es la chatarra, además de una prensa para plástico, trituradora para PET y poligrapas para la carga de la chatarra y que no sea manual.
“Con la ayuda de Dios lo voy logrando día a día, aunque mi familia me dice que descanse, pero ni modo, para eso nací, para trabajar, y es por mi familia. Además, esto me hace feliz, hay personas a las que no les gusta el trabajo pero a mí sí, en lo personal me encanta, y eso lo saben mi esposa y mis cinco hijos”.
Con 36 años, dedicado al reciclaje, ahora “nosotros generamos 100 empleos directos e indirectos hasta 500 o mil personas. Las indirectas porque son los pepenadores, los que andan en sus triciclos, en sus carretas, para mí ellos son lo primordial. Así que son ese eslabón primario porque ellos son los que ayudan a tener todo este tipo de chatarra”.
Recordó: “yo comencé como mucha gente trabaja actualmente, pepenando, en una camioneta vieja que tenía y salía a las colonias populares y rancherías que están cercas y gritando con una bocina en altavoz: ‘fierro viejo que vendan’, y bendito Dios me empezó a ir bien, eso hace 16 años”.
"Solo se necesitan ganas"
Indicó que ser una persona constante y que salía a comprar, le brindó satisfacciones, y con ello las interconexiones, que ahora lo llevan a puntos diversos de la República Mexicana.
“No se necesitan capitales grandes para emprender un negocio de chatarra, se necesitan ganas. Sabiendo trabajar y hacerlo bien, con poco dinero pueden hacer grandes cosas, sobre todo, trabajando honestamente. Aquí recibimos aluminio, bote de aluminio, cobre, bobinados de los motores, cartón, plástico, botella PET, botellas de Suavitel, y cloro... El archivo es aquello que catalogamos como revistas, folletos, cuadernos, libros, libretas; también el fierro, la chatarra”.
En entrevista con MILENIO Tamaulipas, dijo que todo lo que es el metal se manda a Monterrey, por el parque Fundidora.
“Dios te pone en el camino a personas buenas, y pues ahí es como te vas relacionando, a veces en una simple plática, y es así como nacen las conexiones, pero ante todo la constancia es lo que te abre las puertas”.
Por ello, recomendó a todo aquel que tienen sueños o proyectos a ser constantes, decididos, honestos, sobre todo, hacer énfasis en esta última clave, que debe ser primordial en cualquier trabajo, negocio, porque si no se es honesto nada funciona, “y cuando no es así las cosas, de volada, todo cae”.
EAS