Ante la pandemia del covid-19, 40 por ciento del alumnado del sistema de educación básica se encuentra en condiciones de vulnerabilidad; además, cada día, más estudiantes abandonaron la escuela por la poca funcionalidad de las clases en línea, la situación económica y la falta de dispositivos e internet, explicó Lilia Vélez Iglesias, directora general Académica de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Durante el XVII Foro del Campo Estratégico de Acción en Modelos y Políticas Educativas (Ceamope) del Sistema Universitario Jesuita, la investigadora destacó que los procesos de enseñanza-aprendizaje a distancia se ven trastocados por las carencias psicoafectivas, curriculares y de conectividad para docentes y estudiantes.
A más de un año del primer caso de covid-19 en México y el inicio de la educación a distancia, los docentes realizan un redoble de esfuerzos económicos, sociales y cognitivos para garantizar la enseñanza-aprendizaje.
Después de que el gobierno federal anunció la vacunación para docentes y el inicio del regreso a clases presenciales en algunos estados y luego de que el gobierno de Puebla destacó que el presente ciclo escolar terminará en el esquema a distancia, pero para el mes de agosto se plantea la posibilidad de reactivar las escuelas, la directora general Académica de la Ibero Puebla destacó la necesidad de contar con diagnósticos sobre los estragos de la covid-19 en materia de aprendizaje para frenar las deserciones y regularizar a quienes no han tenido acceso a una educación a distancia de calidad.
Destacó que un grupo conformado por 13 investigadores de seis universidades públicas y privadas, desarrollaron el proyecto Educar en Contingencia con el objetivo de documentar y comprender cómo los procesos de enseñanza-aprendizaje se han visto trastocados por la pandemia.
El estudio se llevó a cabo en instituciones públicas y privadas de educación básica, media superior y superior a través de un cuestionario digital que permitió realizar entrevistas a 277 mil 144 estudiantes y a 50 mil 401 docentes de seis entidades del país.
Sobre los resultados obtenido, Luis Medina Gual, investigador de Ibero Ciudad de México-Tijuana, explicó que el estudio reveló que los docentes realizaron procesos de planeación y ejecución de sus clases con base en el nuevo escenario; sin embargo, tanto estudiantes como los propios profesores destacaron la precarización de los procesos de reflexión y evaluación.
“Para diseñar las clases, los maestros contemplaron la continuidad académica y el acceso a materiales didácticos por parte de sus alumnados. Para las lecciones, cerca del 40 por ciento de los docentes buscaron acercar el currículum a la realidad actual. De igual manera, se ha observado una necesidad de flexibilidad y apertura en los procesos de evaluación, lo que supone retos que han trascendido lo pedagógico”, explicó.
El investigador destacó que, desde el inicio de las clases a distancia, fue fundamental el apoyo por parte de los padres de familia o tutores hacia los alumnos porque se requirió el trabajo en equipo para lograr aprendizajes.
“Más del 70 por ciento de los estudiantes de primaria tuvieron que hacer actividades con apoyo de alguien más”. En contraste, los padres de familia comenzaron a repensar el valor de la escuela, adoptando posturas de displicencia y escepticismo hacia la teleeducación”, expresó.
AFM