Cuando Genaro García Luna fungió como secretario de Seguridad Pública federal, “México fue un narco-Estado”, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador; Felipe Calderón se dio por aludido y respondió: “yo no soy el Presidente que anda saludando a la mamá del Chapo”.
La gestión de García Luna —acusado en EU de colaborar con el cártel de Sinaloa— detonó un intercambio entre ambos: López Obrador calificó de “vergonzoso” el papel del ex secretario por su posible colusión con el crimen organizado. Calderón le espetó: “yo no liberé a ningún criminal”, en referencia a Ovidio Guzmán.
El intercambio de acusaciones comenzó temprano, cuando en su conferencia matutina el Presidente señaló que (García Luna) “es un asunto realmente vergonzoso que (García Luna) actuara como secretario de Seguridad Pública federal y al mismo tiempo protegiera a una de las bandas del crimen organizado, como está quedando de manifiesto.
“Imagínense en qué situación estaba el país. Llegó a hablarse de un narco-Estado y sinceramente en ese entonces pensaba que no era correcto clasificar de esa manera al Estado mexicano, pero luego, con todo esto que está saliendo a relucir, pues sí se puede hablar de un narco-Estado, porque estaba tomado el gobierno.
“Quienes tenían a su cargo combatir a la delincuencia estaban al servicio de la delincuencia, mandaba la delincuencia, tenía una gran influencia la delincuencia, era la que decidía a quién perseguir y a quién proteger”, dijo.
Recordó que en el caso de García Luna hay expedientes abiertos también en México que incluyen a los colaboradores cercanos, como Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño; detalló que la Unidad de Inteligencia Financiera presentó denuncias oportunas sobre estas dos personas, de modo que está abierto el proceso.
Señaló que si quedan funcionarios de ese grupo en el actual gobierno, en lo que corresponde al Ejecutivo la instrucción es que no se proteja a nadie; consideró que va a suceder lo mismo en el caso de la fiscalía, “porque le tengo confianza al fiscal Alejandro Gertz Manero, no va a ser tapadera”.
Más tarde, entrevistado por Joaquín López-Dóriga en Radio Fórmula, el ex presidente Calderón defendió su actuación: “A mí me podrán criticar muchas cosas, habrá quien incluso esté de acuerdo o no con esa actitud, con esa decisión, con esa estrategia. Pero no soy el Presidente que anda saludando a la mamá del Chapo, no liberé a ningún criminal en ninguna circunstancia, ni a los hijos del Chapo ni a los sobrinos”.
Incluso, sostuvo, “soy el Presidente del gobierno que más criminales ha extraditado ante la justicia de Estados Unidos, el que más ha capturado a los más buscados de la justicia, 25 de 34, una cosa así era la lista que teníamos”.
Calderón señaló que en su gobierno “puede haber gente que haya tenido arreglos o que haya incurrido en corruptelas, eso se verá, incluso eso lo determinarán las autoridades una vez que se exploren los juicios y desahoguen evidencias, pero de que había un equipo, un gobierno totalmente comprometido y determinado en la lucha contra la delincuencia, pues ese era el mío; me parece calumnioso y ofensivo esa expresión, muy jaladora de nota, eso sí, porque es evidente que lo que el Presidente quiere hacer es precisamente desviar la atención de los gravísimos problemas nacionales”.
Alertó que se pretende desviar la atención de temas como el número de fallecidos por el covid-19, la pérdida de empleos y la caída de la economía, pero que lo que está en el fondo es “una utilización política, una estigmatización de los adversarios de López Obrador de cara a un proceso electoral que ya empezó”.
Sobre la presunta protección de García Luna a bandas del crimen organizado, señaló que “eso está por demostrarse. Por lo pronto su gobierno no lo ha demostrado, es una afirmación que no está sustentada ni con pruebas en el gobierno mexicano ni con un acto de justicia y dirigido por la FGR, mucho menos resuelto por un juez, si está tan seguro y si tiene las evidencias, pues que actúe, pero mientras está realmente calumniando”.
Sobre una posible acción contra ex presidentes si así se decide en una consulta, Calderón recalcó: “No acepto que se deje a cuestiones de consulta popular algo que debe ser decidido por las leyes y por los jueces, si soy culpable que se me acuse y consigne, y si soy inocente que por favor se calle.
“No es justicia ni es acabar con la corrupción, es ganas de revancha política, de eso estamos hablando y hay que decirlo claro y fuerte, persecución política”.