Teníamos programada la boda el 6 de junio… y llegó el covid: Emilio Salazar Farías

Entrevista | Lado B

El presidente de la Comisión de Hacienda del Congreso de Chiapas es fanático de los filmes “de amores difíciles” y un apasionado de los autos clásicos; confiesa ser bueno en la cocina: los huevos con pepita son receta de familia y su especialidad.

El gusto culposo del legislador es la música de banda. (Especial)
Carlos Gutiérrez Mirón
Ciudad de México /

Emilio Salazar Farías, presidente de la Comisión de Hacienda del Congreso de Chiapas, supo desde niño que le gustaba la política y posteriormente comprendió que para dedicarse de lleno necesitaba independencia financiera.

El legislador de 55 años recuerda que su infancia no fue la más fácil: es el mayor de seis hermanos y a corta edad alternaba la escuela y el trabajo, primero ayudando a su papá en el negocio familiar y luego vendiendo tortas para pagar la universidad.

Cuenta que a los 14 lo enviaron a San Luis Potosí a estudiar en una escuela experimental, una preparatoria bilingüe, la cual terminó en dos años con notas sobresalientes.

Como le iba tan bien con sus negocios estuvo a punto de abandonar la escuela, pero no la dejó y terminó dos licenciaturas, contador público y administración de empresas; una maestría en derecho empresarial y un doctorado en administración.

¿Cómo pasó de las finanzas a la política?

Desde muy niño me gustaba leer revistas políticas como Siempre y Proceso, las compraban mi papá y mi abuelo, luego tuve oportunidad de participar en organizaciones empresariales. A los 21 años fui vicepresidente de la Cámara de Comercio y del Consejo Coordinador Empresarial, entonces conocí a Sami David, le coordiné su campaña al Senado y ahí me empezó a gustar.

“A los 35 me ofrecieron una candidatura, pero no podía hacerle frente a una campaña, porque había que dejar la chamba, necesitaba independencia financiera; mi paso con el PRI no fue bueno, nunca me dieron la oportunidad, pero en 2007 el PAN me abanderó como diputado local y ahí comenzó todo”.

¿Casado o soltero?

Comprometido desde hace 11 años con la doctora Adriana, no estoy casado por culpa del covid; habíamos programado para el 6 de junio la boda, el 15 de marzo le dimos el último toque a las invitaciones y el 23 se declaró la pandemia. Las invitaciones ahí están con fecha de 6 de junio, quedó para después, pero es mero trámite, porque adoro mucho a Adriana.

¿Ya se echó para atrás?

Por supuesto que no, en cuanto pase la pandemia le voy a cumplir.

¿Cuáles son sus pasiones?

De joven jugaba futbol, mi posición era extremo izquierdo, creo que no era malo; ahora ya no juego por mi edad y por mis rodillas hechas pedazos. También me apasiona leer y estar en mi casa, aunque lo que más disfruto es restaurar autos clásicos.

¿Cuál es la joya de la corona?

Un Ford Mustang 1965, del año en que nací y fecha en que se lanzó el primer auto, son tres modelos y restauré los tres.

¿Cómo es su día a día?

Levantarme temprano, como a las 6:30 de la mañana, me hago un licuado, unos huevos y lo principal: me doy un baño. Me voy a la escuela a revisar pendientes de mis alumnos o a preparar mis clases, luego paso al Congreso y siempre regreso a comer a mi casa, tomo una siesta de 30 minutos y vuelo a las clases. Veo a mi familia y a las 8 de la noche hago pesas, también veo MILENIO Televisión y luego ya me duermo.

¿Cocina?

Sí. Mi especialidad son los huevos con pepita, un platillo poco conocido en Chiapas; mi abuela se lo enseñó a mamá y yo se lo aprendí a ella.

¿Qué programas de televisión le gustan?

Soy muy desesperado cuando veo la tele y acostumbro adelantar las películas y series para acabarlas rápido.

¿Filme favorito?

Las de amores difíciles, por ejemplo Pide al tiempo que vuelva y Diario de una pasión...  quién no le gustaría vivir un amor de esa manera, quiero hasta llorar.

¿Y en la lectura?

Tengo varios, pero el que siempre leo cuando tengo una crisis personal es El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl (Herder Editorial). Aunque ahorita me tiene atrapado Señorita México, de Enrique Serna (Seix Barral).

¿Era buen estudiante?

Cursé la preparatoria en una escuela experimental, bilingüe, me gradué a los 16 y empecé a trabajar a los 20 años, pero desde niño ya ayudaba en el negocio familiar, luego comencé a vender tortas para pagar la universidad.

Me iba a las 5 de la mañana a comprar a la Central de Abasto y me empezó a ir muy bien y consideré dejar la escuela para dedicarme a eso. También vendí ropa, coches, tuve un videocentro pero lo tuve que cerrar por la piratería.

¿Qué música escucha?

Me encantan las baladas, sobre todo las de dolor; mi canción favorita es “La frase tonta de la semana”, de La Quinta Estación, aunque también escucho a José José. La que siempre me llega es “La barca” y la que considero un himno es “Just the way you are”, de Billy Joel.

¿Cuál es su gusto culposo?

Las de banda, pero no las termino de entender.

¿Pepsi o Coca?

Pepsi.

¿Qué grosería dice más?

Cuando estoy enojado se me escapa un “chingao”. 


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