Ante la falta o complicada atención en los servicios a migrantes derivado de la emergencia sanitaria por covid-19, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) alertó que la población migrante corre el riesgo de acercarse a la situación de calle.
El Observatorio Nacional de la CEM elaboró el documento “Impacto en la población covid-19 en materia migrante”, en el cual advirtió que por su condición migratoria se les da poco o nulo acceso a los servicios básicos y, ahora, sumado a la situación de pandemia, les genera una crisis emocional que incluso los hace querer regresar a su país de origen abandonando su principal objetivo.
“No se les permite desplazarse ni trabajar, sus estándares de vida y contribución potencial a la sociedad se ven limitados, dejándoles como única opción continuar una dependencia de ayuda humanitaria para sobrevivir, estando ya cerca de la delgada línea de la situación de calle.“Los migrantes que quieren ingresar a cualquier albergue y no se les permite entrar, los convierte en personas en situación de calle, sin acceso a atención médica, siendo aún más vulnerables a contagiarse e incluso a ser posibles objetivos del crimen organizado.”, señaló el estudio.
Para elaborar el informe, la Iglesia católica contactó vía telefónica a cuatro agentes de pastoral que forman parte del equipo nacional de movilidad humana de la CEM, quienes atienden a migrantes en la zona norte, centro y sur. Estos agentes compartieron su experiencia, la vivencia cotidiana y las formas de sobrellevar la emergencia.
Los agentes de pastoral expusieron que en el contexto de la pandemia enfrentan muchas dificultades para obtener recursos y así brindar la atención médica, psicológica, alimentaria, higiénica y de estancia que normalmente proporcionan.
La CEM también alertó que la suspensión en las actividades cotidianas de los Centros de Atención a Migrantes, provoca que los recursos sean más difíciles de conseguir y entre más pase el tiempo, la situación se vuelve más crítica, debido a que los albergues ya no tendrán suficientes recursos para mantenerse, generando una cadena que termina en el paro total de atención.
“Cada día es posible que un albergue se oriente más a cerrar por completo que a seguir en servicio”, indicó.
La CEM recalcó que los migrantes se enfrentan a la inseguridad, enfermedades, lo cual se agrava con el cierre de fronteras en el norte y sur de México como consecuencia de las políticas efectuadas por la pandemia.
“Esta situación potencializa los problemas de aglomeración de migrantes en zonas fronterizas, favorece un ambiente de cultivo para el desarrollo de cualquier enfermedad, y evidencia aún más los problemas sociales para los habitantes locales y para aquellos en espera de una cita en Instituciones Migratorias de Estados Unidos”, señaló.
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