Autodefinida como política de izquierda democrática y libertaria, mujer feminista y romántica, además de aficionada a la música y al canto, la vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna, se alista a grabar un disco en colaboración con el bolerista Rodrigo de la Cadena, con poemas musicalizados de Pablo Neruda y la adaptación de una pieza de Joan Manuel Serrat.
En entrevista afirma que el tequila con limón y el vino tinto de su tierra, Dolores Hidalgo, Guanajuato, son sus bebidas favoritas, mientras que las ensaladas y el pescado a la plancha forman parte de su dieta habitual, porque es “light”, sobre todo a su edad.
Cuando le corresponde dirigir la sesión, ¿es una presidenta de mano dura?
No, nunca he sido de mano dura, creo que por las imágenes, por mis propias expresiones, me han dicho incluso que el usar tanto negro, me hacen como un rostro más duro, más adusto, más hostil, pero yo soy una persona muy sensible y muy sencilla.
Me gusta hacer ejercicio, lo necesito para tranquilizarme, para pensar. También tengo un librero lleno de libros que me gustan; ya no se estila, pero tengo un cuarto lleno de discos, porque si algo me gusta es la música.
Antes coleccionaba discos, los preferidos los ponía hasta con sello, que nadie los tocara más que yo, pero, en síntesis, me gusta hacer ejercicio, me gusta leer y, sobre todo, me gusta la música, me gusta cantar.
Recientemente, por estos asuntos del cambio político en México, tuve que platicar y conocer más de cerca a un bolerista mexicano, un cantante de bolero, joven, entusiasta, que quiere hacer muchas cosas por el bolero mexicano: Rodrigo de la Cadena.
Estamos platicando ya cómo hacer juntos un trabajo; como a mí me gusta cantar y él tiene todo, eso que vamos a hacer, no sé si se llame disco, pero es un esfuerzo por estar juntos en un proyecto. Entonces, es una de mis pasiones que voy a poder realizar.
Bueno, lo que estamos planeando son, por un lado, cantar cinco poemas muy bonitos, son poemas musicalizados, desde luego con autores geniales. Uno es “Si está mi corazón entre tus manos”, de Sor Juana Inés de la Cruz.
El otro es el “Poema 20” y también el “Poema 15” de Pablo Neruda; un poema de Joan Manuel Serrat muy bonito también, se llama “Pueblo Blanco”, pero lo voy adaptar un poco a mi pueblo, a Dolores Hidalgo, Guanajuato.
En fin, andamos ahí con el tema de poesía musicalizada, y hay otro de Noel Nicola, un cubano, que se llama “Te perdono”, se canta a capela, quiero cantarla a capela, a sugerencia de lo que él diga.
Ahí vamos y, desde luego, tiene que haber boleros; en la otra parte tiene que haber boleros; los boleros mexicanos, los más sobresalientes. Yo soy extremadamente romántica, soy muy romántica, entonces hay varios, pero prefiero boleros mexicanos, que me encantan.
Para una mujer política, más allá de lo que uno quiere leer, la vida te lleva a las necesidades de lectura. Desde luego, hay lectura bellísima en todos los temas, pero uno le da prioridad al trabajo.
Hay dos autores que me gustan mucho para mi labor política, ellos son geniales, desde luego, uno es Lorenzo Meyer y la otra es Elena Poniatowska, son autores que no escriben tan complejo, para mí son autores obligados pero también porque enseñan mucho.
Ahorita estoy leyendo Distopía mexicana de Lorenzo Meyer; me llamó mucho la atención porque la distopía es lo contrario a la utopía y los que somos de izquierda somos utópicos, siempre buscamos una utopía, siempre hemos tenido un anhelo por el cual luchar, causas que luego nos dicen que es imposible y uno dice que no es imposible.
Me gusta el tequila, definitivamente; si me pusieran a decidir yo opto por el tequila con limón y el vino tinto.
Y si me preguntan qué tinto, el de mi tierra, se llama Cuna de Tierra, de Dolores Hidalgo. Mi platillo favorito son las ensaladas, de las que hay que saber integrar los ingredientes, elegir el aderezo correcto.
Y pues yo soy light, y a mi edad con mayor razón, así que el pescado a la plancha, el salmón a la plancha, el pollo a la plancha, la carne a la plancha.
Uno se sacrifica en todo, uno deja todo, de hecho, no tienes vida privada ni vida propia. Ahora que, digamos, el gran objetivo se ha conquistado, me he prometido a mí misma y le he prometido a mis hijas, a mi esposo, estar más tiempo con ellos.