La presidenta de la Asociación de Empresarios y Ciudadanos (Asecem), capítulo Valle de Toluca, Cinthya Camarillo Herrera, señaló que para el sector empresarial el incremento salarial, de prestaciones como es el caso del número de días de vacaciones para los colaboradores, así como los análisis en materia de aguinaldo y reducción de la jornada laboral, no han ido acompañados de alguna política que incida en los niveles de productividad del país, el costo de los productos o que mejore la operación de las unidades económicas.
“Los impactos han sido negativos, seguimos con los mismos impuestos, las mismas deficiencias en seguridad, las mismas problemáticas en infraestructura, ahora adicionalmente escasez de agua y además problemas con la luz, entonces más inconvenientes para trabajar y más dinero que hay que pagar y esto no implica que haya un ingreso adicional”.
Todo esto -dijo- solo ha ocasionado que los costos de producción aumenten y como resultado también los precios al consumidor, con lo que se da un falso mensaje de mejora en calidad de vida de la gente. La propuesta -apuntó- es que las condiciones que le han sido impuestas al sector sean al mismo tiempo un vale fiscal, con lo que en realidad se beneficie la parte social y la productiva para así promover también el empleo formal.
40 centavos van a impuestos fijos
Recalcó que debe haber una estructura de crecimiento para las empresas y todo aquello que quieran que el patrón de al empleado sea un vale fiscal para dejar de pagar algunos impuestos que no se ven reflejados como la seguridad social. De cada peso -explicó- al menos 40 centavos se van al pago de impuestos fijos como el ISR y el IMSS, aunado a prestaciones de previsión social que se supone vuelven a la empresa cuando están aplicadas, pero no ha alcanzado para llegar a eso.
“Entonces vamos a sacar de la bolsa del Gobierno ese dinero y pasarlo a la bolsa del empleado, eso estaría perfecto, el problema es que nos siguen y cobrando impuestos por servicios que no se reciben, por ejemplo, en el seguro no hay ni medicamentos básicos como el paracetamol, no se programan cirugías básicas, las especialidades están diferidas hasta 6 o 8 meses, en ese tiempo la gente fallece”.
El riesgo es la informalidad laboral
La forma como se han aplicado las reformas lejos que promover el empleo formal -dijo- ha provocado un retroceso y que las pequeñas empresas apuesten a la informalidad, es decir, que contraten gente por fuera, le paguen un poco más, pero sin seguro social ni dado de alta en hacienda, “a tener un trabajador en el oscurantismo o por debajo del agua que no tendrán acceso a otras prestaciones como el Infonavit”.
Por último, Camarillo Herrera resaltó que en tanto no se comprenda que la iniciativa privada es aliada de la actividad pública y fuente de financiamiento del desarrollo del país, la cifra de informalidad seguirá en aumento en todo el territorio nacional.
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