Su talento siempre fue el deporte, pero el destino y su preparación académica lo llevaron a incursionar en la política y así buscar el beneficio común.
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Carlos Fernández Altamirano, actualmente tiene 37 años de edad, pero desde niño demostró tener garra para el futbol.
A los seis años de edad, su padre lo metió a entrenar futbol. Desde ese momento fue ubicado en la posición de defensa central y sus partidos, en su mayoría, se realizaban en el “Siete y Medio”.
Su primer equipo fue el Insurgentes y en ese momento era el profe Rigo el que lo entrenaba. Los juegos también se realizaban en el Deportivo Español.
Aproximadamente a los 10 años de edad, tuvo la oportunidad de participar en el Club Pachuca y años después hasta llegar a ser jugador de la Jaiba Brava de Tampico en la Segunda División.
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Con domicilio en la colonia Unidad Nacional, es hijo único, nacido del matrimonio entre Carlos Fernández Marcos y María Inora Altamirano Estrella.
El deporte le abrió muchas puertas y una de ellas fue la de obtener una beca deportiva en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y fue ahí, donde tuvo que tomar la decisión más importante de su vida, que fue: Continuar con el deporte y buscar llegar a Primera División, o aceptar la oportunidad de estudiar en una de las mejores universidades del país.
Aunque su amor por el deporte es muy grande, optó por buscar suerte como estudiante del Tecnológico de Monterrey, logrando graduarse en la Licenciatura en Administración Financiera.
Pero ahí no acabó la cosa: también realizó una Maestría en Mercadotecnia de Servicios en el Egade Business School del Tecnológico, así como un Diplomado en Marketing y Negocios Deportivos del Johan Cruyff Institute México.
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Después de haber cumplido con sus estudios, trabajó como analista de operación de Mercado de Dinero en Monterrey, Nuevo León, del 2012 al 2014.
Después el CMAS Athletes, Consultoría y Reclutamiento en Educación y Deporte, fue el negocio que decidió emprender. Después se fue de director a una firma de consultoría para la industria deportiva. En el periodo del 2016 al 2021 fue el director del Instituto del Deporte del Estado de Tamaulipas y en los últimos tres años, ha sido diputado en el Congreso local.
Hoy en día, Carlos Fernández Altamirano se presenta como el candidato de la coalición “Fuerza y Corazón por Tamaulipas” a la alcaldía de Ciudad Madero.
Pero con toda esta trayectoria, ha dejado entrever que es un ciudadano como cualquier otro. Uno al que también le gusta ver novelas, escuchar canciones para “cortarse las venas”, ir a la playa, leer libros, entre otras cosas.
“El Juego de la Vida”, “A 1000 x Hora” y RBD eran de sus telenovelas favoritas, mismas que veía junto a los demás jugadores de futbol en Puebla en esa época.
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Es súper fan de Dragon Ball Z, veía los capítulos desde que era niño, hasta que creía y peleaba contra oponentes como Freezer, Cell y Majin Bu; reconoció que en algún momento quiso hacer el kame kame ha.
La música que le gusta es diversa, de todo un poco, no hay un estilo favorito. Pero se acuerda muy bien aquella música que lo ponía a reflexionar, que fueron los grupos norteños como Duelo, Intocable, Poder del Norte y Pesado.
Anteriormente le llamaban la atención los juegos de video. Clásicos como Mario 64 o Mario Kart, en el Nintendo, pero poco a poco lo ha ido dejando.
Su pasatiempo favorito es acudir a la playa Miramar para admirar el océano, hacer ejercicio, descansar o hasta leer un libro sentado bajo una palapa.
Con respecto a las películas, Tom Cruise y Keanu Reeves son dos de sus actores favoritos porque hay muchos.
Prefiere las producciones de ciencia ficción y acción sobre las de terror, porque no le parece andar estresado.
EAS