Los debates presidenciales en México se han transformado del monólogo a la confrontación, de la comodidad a las acusaciones, de las propuestas clásicas a la exigencia de soluciones concretas. Y de la monotonía, a los chistes, los apodos y hasta los memes.
Entre las elecciones presidenciales de 1994 a 2018, se realizaron 10 debates presidenciales. El primer ejercicio hace 30 años, se estrenó con una moderadora impedida a interrumpir y dedicada sólo a mencionar el nombre de cada candidato para que arrancara el reloj.
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Después, se fue transformando con frases emblemáticas como el “hoy, hoy, hoy” de Vicente Fox; pasando por la primera silla vacía tras el desaire de Andrés Manuel López Obrador en su primera campaña presidencial; hasta la innovación del 2018 con una moderación activa de periodistas que confrontaron a los candidatos y que rompió los soliloquios con expresiones como “Ricky, riquín canallín” o la propuesta de mocharle la mano a los delincuentes, lo que orillaba a los demás a replicar.
Este domingo, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez encabezarán el onceavo debate presidencial del país, con una moderación activa y preguntas de la ciudadanía. De manera inédita, en la cancha del árbitro electoral y con una asistencia obligatoria.
1994: sin temas ni interrupciones
El 12 de mayo de 1994 en el Museo Tecnológico de la CFE se logró el primer debate de contraste de ideas , tras la insistencia de los tres candidatos punteros: Diego Fernández de Cevallos, del PAN; Cuauhtémoc Cárdenas, del PRD; y Ernesto Zedillo, del PRI.
Aunque eran nueve candidaturas excluyeron a los otros seis que no tenían posibilidad alguna de triunfo, y lo organizó la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión.
“Finalmente se llegó el tiempo de este tan esperado debate, es una ocasión sin precedentes para los candidatos que estamos impulsando el cambio democrático en una televisión que ha estado cerrada para nosotros”, dijo Cárdenas en su mensaje inicial.
La moderadora se limitaba a dar la palabra por bloques de ocho, cinco o tres minutos, hasta llegar a un mensaje final. Ni siquiera se pusieron temas a tratar y los candidatos hablaron en general de lo que quisieron, en un monólogo sin interrupción alguna, más allá del tiempo agotado.
Incluso, la moderadora dijo al inicio que era “importante señalar que el candidato en uso de la palabra no podrá ser interrumpido ni excederse en el tiempo convenido para cada una de sus intervenciones”.
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2000: sólo los punteros y sin ventajas adicionales
Para el 2000, el primer debate también estuvo a cargo de la CIRT con un pequeño letrero a un costado del Instituto Federal Electoral (IFE), la misma moderadora del sexenio anterior y la misma dinámica.
En éste, participaron todos los candidatos: Cuauhtémoc Cárdenas, el único con experiencia previa en este ejercicio al ser su segunda candidatura presidencial; Francisco Labastida, del PRI; Vicente Fox, del PAN; Porfirio Muñoz Ledo, del PARM; Manuel Camacho Solís, del PCD; y Gilberto Rincón Gallardo, de Democracia Social.
Después, los tres punteros: Cárdenas, Labastida y Fox buscaban un debate intermedio entre el segundo del IFE, ahí resonó con fuerza el “hoy, hoy, hoy”, cuando Cárdenas y Labastida insistían en que no había condiciones para debatir de forma exprés esa misma noche y proponían esperar un par de días, a lo que Fox se negaba insistiendo en que debía ser “hoy”.
El debate siguiente estuvo moderado por el periodista Ricardo Rocha, quien recalcó que el objetivo del ejercicio era “no dar ventajas a nadie”, los temas a debatir estaban claros y por primera vez, hubo confrontaciones directas entre los candidatos, en su mayoría, de Fox y Cárdenas contra Labastida, a quien criticaron por hacer los ofrecimientos que su partido, el PRI, eternamente gobernante, repetía cada sexenio sin que pudiera cumplir.
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2006-2012: la primera mujer, los primeros carteles y el inicio de AMLO
Para el 2006, una mujer apareció en pantalla aspirando a la Presidencia de la República rodeada por hombres: Patricia Mercado.
En ese año también, comenzó la historia de Andrés Manuel López Obrador en estos ejercicios, dejando su sello en cada uno. En el primero, por su ausencia, al aparecer su lugar vacío y no presentarse, lo que aprovechó Felipe Calderón y que de acuerdo con analistas, lo ayudó a despegar en aquella contienda.
En el segundo debate, se estrenó el presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, dando un mensaje a la ciudadanía, invitándola a escuchar las propuestas de las candidaturas y a ir a votar el día de la jornada electoral.
Ahí también se inauguró la estrategia de mostrar carteles con fotografías de personajes incómodos para respaldar acusaciones, aunque en 1994 lo hizo Diego Fernández de Cevallos de forma breve en una ocasión.
Ahora, Roberto Madrazo alzó su libro para culpar que otros candidatos le plagiaron sus ideas y Felipe Calderón llevó fotos de perredistas para señalar que el partido de López Obrador hacía candidatos a los que habían apoyado el Fobaproa que tanto criticaba.
Entonces, quedaron grabadas por primera vez en televisión nacional, las promesas obradoristas que serían su bandera por 12 años hasta aplicarlas en su gobierno: austeridad, quitar pensiones a los expresidentes, aplicar la revocación del mandato, impulsar las pensiones a los adultos mayores y sobre todo, acabar con la corrupción.
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En el 2012 se retomaron las ideas de mostrar cartulinas y documentos como parte del debate, y cada candidatura, tenía al lado un espacio para colocarlas y que una cámara las pudiera transmitir a doble caja en la pantalla.
El primer ejercicio, fue recordado por las miradas de Gabriel Quadri, de Nueva Alianza, a la edecán que repartía los lugares de participación.
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En el segundo, López Obrador acusó a Josefina Vázquez Mota de mentir por señalarlo de actos de corrupción en 1971, cuando dijo “estaba en primero de preparatoria, estaba yo muy jovencito, aparento más edad, pero tengo nada más 58 años, lo que pasa que estoy aflojado en terracería. Entonces, es mentira lo que usted dice”.
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2018: fin de la monotonía, estrenan moderación activa y debate de memes
En 2018, ya con el Instituto Nacional Electoral y la nueva reforma electoral de 2014, que si bien establecía en la Constitución como hasta ahora, la obligación de organizar dos debates presidenciales, el Consejo General electoral acordó realizar tres con formatos nunca antes vistos: moderación activa con dos y tres periodistas, réplicas directas de éstos para insistirles en la precisión de las propuestas, preguntas enviadas por la ciudadanía y hasta asistentes con cuestionamientos en tiempo real; réplicas y contrarréplicas de los candidatos, espacios para que pudieran moverse y transmisión con las expresiones de todos al mismo tiempo.
En el primero estuvieron Andrés Manuel López Obrador, del partido Morena de reciente creación; Ricardo Anaya, del PAN; José Antonio Meade, del PRI y como nunca antes, dos independientes: Margarita Zavala y Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco.
Sólo Zavala no llegó a los otros dos pues declinó después de su participación en el primer ejercicio donde quedó relegada entre las propuestas y hasta de los chistes.
El Bronco rompió el hielo de los debates presidenciales de 1994 hasta entonces, ofreció mocharle la mano a los delincuentes, dejó su lugar para ir a retar a López Obrador, lo acusó de decir barbaridades y lo retó a abrazarlos a todos.
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El segundo debate, pareció más un sketch de comedia. En un foro abierto para que pudieran caminar en el escenario, tomar el micrófono y dirigirse hasta el lugar de otros candidatos. Anaya se acercó demasiado a López Obrador y éste advirtió que tendría que cuidar su cartera, luego le dijo mentiroso, farsante, demagogo y “Ricky, Riquín, canallín”; y el priista Meade se limitó a reír y sonrojarse.
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El tercero se caracterizó por una confrontación entre Anaya y López Obrador por acusaciones de corrupción. El panista señaló al morenista de haber pactado impunidad con el presidente Enrique Peña Nieto y le exigió aceptar el reto de renunciar a la candidatura si le demostraba que estaba implicado en contratos ilícitos.
El moderador Carlos Puig debió elevar la voz para retomar el control de la confrontación ante la acusación de López Obrador de que no se respetaba su tiempo.
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Con temas innovadores como la relación con Estados Unidos, los altos niveles de migración, los cárteles o la legalización de las drogas, ni los chistes del Bronco ni la agilidad de Anaya revirtieron las tendencias que favorecían a López Obrador y le dieron un triunfo histórico.
Este domingo, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez demostrarán su estilo para debatir, para replicar y para mantener las propuestas por encima de las acusaciones.
IOG