La entrada en vigor del T-MEC el próximo 1 de julio significará para México una “luz al final del túnel” de la crisis del covid-19, siempre y cuando se envíen las señales claras de certidumbre a la inversión, afirmó el ex secretario de Economía federal, Ildefonso Guajardo Villarreal.
De lo contrario, indicó en entrevista con MILENIO Monterrey, el tratado se puede convertir en una opción desperdiciada.
“El T-MEC es una luz que nos puede ayudar en este túnel tan oscuro que ha sido la pandemia, pero solo si sabemos aprovecharlo y sabemos cumplir todos esos elementos como la logística, eficiencia y certidumbre, será una solución. Si no lo hacemos correctamente, será una opción desperdiciada”, subrayó el que fuera uno de los negociadores del T-MEC en el sexenio pasado.
Guajardo señaló que durante las negociaciones nadie hubiera creído que el T-MEC arrancaría en medio de una pandemia, por lo que el hecho de que inicie de esta manera, puede aprovecharse positivamente.
“Nuestros socios comerciales, sobre todo los Estados Unidos, es clarísimo que su presidente está impulsando una reactivación acelerada, independientemente del ciclo de la pandemia (en el que se encuentre) porque su objetivo electoral es llegar con una economía no tan dañada en noviembre —fecha de las elecciones estadunidenses—”.
Estos movimientos, explicó el ex funcionario federal, pueden tener un efecto positivo para el restablecimiento del sector exportador mexicano, sobre todo la manufactura.
“Pero necesitamos ponernos las pilas para poder tener la capacidad de respuesta que se requiere”, insistió Guajardo Villarreal.
Ildefonso Guajardo consideró que México está a tiempo de enviar al mundo las señales de certidumbre para la inversión extranjera, y así evitar que haya reincidencia en los casos en donde se han detenido inversiones.
Sobre la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Washington, Guajardo Villarreal mencionó que tendrá que ser muy cuidadoso y acotar la agenda de los temas que aborde con el mandatario norteamericano, Donald Trump.
“El presidente Andrés Manuel López Obrador está tomando un riesgo con esta visita, pero creo que él tiene calculado ese riesgo”, pronosticó.
Expuso que ir a visitar a Trump en un momento muy cercano a la elección estadunidense pudiera ser aprovechado de manera partidista en el vecino país del norte.
“A lo que México no le conviene es dejarse utilizar en la lucha entre partidos porque no tenemos nada que ganar mandando señales a favor de un lado; corre el gran riesgo de que Trump quiera aprovechar para echar agua a su molino. El presidente López Obrador tiene que estar muy atento ante comentarios inesperados”, finalizó.