Ayer en Tlatelolco se “encabronaron” con Andrés Manuel López Obrador. A eso de las 11 de la mañana, el Presidente electo encabezaría una ceremonia en la Plaza de las Tres Culturas para conmemorar a las víctimas del 2 de octubre de 1968.
El equipo de seguridad del tabasqueño decidió delimitar con vallas metálicas el lugar y, para esa hora, solo permitía la entrada a los integrantes del próximo gabinete federal invitados a la guardia de honor.
Los dirigentes estudiantiles que hace 50 años sobrevivieron a Gustavo Díaz Ordaz consideraron una “agresión grave” esa determinación.
“¡La plaza es del pueblo!”, “¡burócratas ya no!”, “¡están peor que el PRI!”, gritaban algunos de los inconformes que portaban banderas y playeras blancas con leyendas referentes a la masacre estudiantil.
Más tarde permitieron el ingreso solo a unos cuantos. “No necesitamos vallas”, arengó uno de los líderes mientras se acercaba a la Estela de Tlatelolco, que para esa hora ya tenía al menos media decena de arreglos florales y hasta una cruz.
Otro dirigente se acercó de inmediato a estas ofrendas y quitó todas las cintas que identificaban a quienes las habían colocado minutos antes. El listón en color morado con las siglas del PRD capitalino fue la primera. El hombre lo levantó y mostró orgulloso a sus compañeros.
Pero las protestas de quienes no consiguieron pasar continuaron. Laura Esquivel se acercó para intentar mediar, pero los integrantes del Comité del 68 solo querían que quitaran las vallas.
“Son fregaderas que la gente esté afuera”, le decía la Nacha Rodríguez a Claudia Sheinbaum, quien se acercó a saludar a los dirigentes estudiantiles.
Enseguida, un hombre de pelo cano le puso a la próxima jefa de Gobierno un pin con el símbolo de los 50 años de este movimiento. Para las 11:12 horas, los integrantes de la Ayudantía —como se llama el equipo que sustituirá al Estado Mayor Presidencial para la seguridad del próximo jefe del Ejecutivo— cedió y las vallas se abrieron.
Tres minutos después, López Obrador ya estaba a un lado de sus colaboradores y empezó la ceremonia. Sheinbaum fue la primera en tomar la palabra: poco más de minuto y medio en el que destacó que su madre fue “participante, junto con los profesores, del movimiento”.
Entonces habló el tabasqueño, quien terminó su discurso con un “abrazo con mucho afecto a los familiares del 68” y le pasó el micrófono a Paco Ignacio Taibo II, quien “es el que más ha estudiado sobre este hecho histórico”.
Ana Ignacia Rodríguez, Nacha, cuestionó lo ocurrido. “¿Cómo es posible que el hijo de Raúl Álvarez Garín estuviera atrás de esas vallas? Por eso me puse encabronada. Creo que después de 50 años de lucha hemos sido víctimas de más represiones aparte del 2 de octubre...
“Pero ésta la consideré una agresión grave, porque esta plaza es pública, nunca ha tenido vallas para que la gente se pueda acercar a la Estela. Yo voté por él (AMLO), pero esperaba un cambio de gobierno. No sé quién ordenó esto, pero quien lo haya ordenado, que conozca la historia, que haga memoria de que aquí cayeron nuestros compañeros”.
“¡Están peor que el PRI!”
CRÓNICA / 50 AÑOS DEL 68
Cincuenta años después protestan contra otro presidente... el electo, por cercar con vallas la plaza de Tlatelolco.
México /
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