Ella ya es memoria. Desde joven, en su natal Santa María Quiegolani, el último pueblo zapoteco de la sierra del sur de Oaxaca, supo cambiar la historia de las mujeres. No lo ha dejado de hacer. Y seguirá:
¿El tiempo de la mujer?
Está iniciando.
¿Qué mujeres?
Las mujeres que están arrebatando los espacios que merecen.
¿Mujeres zapotecas?
Mujeres zapotecas, triques, mixtecas, que falta visibilizarlas.
¿Empoderadas?
¡Empoderadas, chingonas, valientes!
¿Libres?
Ese proceso se está construyendo.
¿Observó y participó en la marcha y el paro de las mujeres?
Por supuesto. Estuvimos con mujeres istmeñas, en Ciudad Ixtaltepec.
¿Qué miran las mujeres indígenas?
Tener las mismas oportunidades que el resto de las otras mujeres.
¿Quién las mira?
Falta que las miremos más como sociedad.
¿Cómo se miran?
Yo quisiese estar segura que se miran, que son capaces de pensar y decidir por ellas, pero no estoy segura.
¿Por qué duda?
Porque faltan muchos paradigmas que romper.
¿Qué le está dejando este movimiento?
Una gran esperanza de que un día muchas mujeres indígenas tengan oportunidad.
¿Es la cuarta ola?
Esperemos.
¿Un partido político sólo de mujeres?
Sería interesante.
¿Una próxima Presidenta?
Sería lo ideal, somos más del 50 por ciento.
¿Cuál ha de ser la estrategia de negociación que viene?
La primera estrategia debe ser construir una gran alianza entre nosotras
¿Alianza sólo con las mujeres?
Con la sociedad, pero primero alianzas con nosotras.
¿Qué principios debe guiarlas?
Su sueño y su libertad.
¿Qué plataforma?
Una que quepa la plataforma del rostro de las indígenas, universitarias, del rostro de este México que está ahí todavía invisibilizado.
¿Todas son una?
¡Claro!
¿Y hay vuelta atrás?
No.
¿Retorno?
Tampoco.
¿La revolución será feminista o no será?
Espero que sí.
¿Y, sin embargo, hoy aún se registran diez mujeres asesinadas al día?
Pero ya se visibiliza, ya tienen rostro, nombres. Ahora lo que falta es la justicia para esos rostros y esos nombres.
¿No hay ni registros exactos de mujeres indígenas masacradas?
Efectivamente, por eso es importante seguir esta revolución.
¿Más del 70% de mujeres indígenas son agredidas?
Sí.. duele.
¿El 45 % de las indígenas casadas sufren violencia sexual?
Eso es el reto.
¿Sabe cuántas niñas explotadas, vejadas, sólo en Oaxaca?
El reto es romper estos esquemas culturales que se amparan en usos y costumbres.
¿El 21% de las mujeres son violentadas en su comunidad?
Sí. Eso duele.
¿El 20% de mujeres indígenas han sido pateadas en el seno familiar?
Vuelvo a decir, ese el reto: con educación romper paradigmas culturales.
¿El 46 % de mujeres indígenas despojadas de su patrimonio?
Ni siquiera tienen patrimonio porque no son dueñas ni siquiera de la tierra.
¿La revolución será feminista o no será?
Tiene que ser, por ellas.
¿Qué culpas propias se le revelan de esta realidad?
No siento culpa, lo que siento es impotencia. Sí, impotencia cuando escucho que una niña es entregada porque así lo dicta la costumbre.
¿El patriarcado?
Hay que romper.
¿El machismo?
Somos una sociedad machista.
¿El acatamiento al hombre?
No debiese existir.
¿Qué hacemos con Sandoval Íñiguez?
Pues que su grupo y como sociedad que se sancione.
¿Sí al aborto?
Sí, por supuesto, porque es un tema de libertad. Es un tema de cada una, nadie sabe qué circunstancias vive cada mujer.
¿Qué hacemos con nuestros miedos?
Convertirlo en nuestro mejor aliado.
¿Adiós a los usos y costumbres?
Adiós a los que se amparan en los usos y costumbres, porque mis usos y costumbres indígenas es mi lengua, mi vestimenta y no la violación a los derechos humanos.
¿Libre?
Por supuesto.
¿Sí a la mariguana?
Es un tema de libertad.
¿La revolución será feminista o no será?
Espero que sí y para eso se está construyendo: el 9M se demostró eso.
¿Qué ha entendido del poder?
Oportunidad.
¿Para qué le ha servido?
Para cambiar la Constitución de mi estado, de mi país, y que en Quiegolani las mujeres hoy puedan ejercer su derecho a votar y ser electas.
¿Le gustaría ser hombre?
No.
¿No le gustaría ser hombre en Oaxaca?
¡No!
¿Le gustaría gobernar Oaxaca?
Sería el sueño ideal de cualquier oaxaqueño. Y no soy la excepción.
¿Viene ese tiempo?
Viene el tiempo de las mujeres para romper nuestros propios miedos y paradigmas.
¿El 2022 es suyo?
El 2022 debiese ser de las mujeres, como usted dice.
¿Qué la detiene ser gobernadora?
No me detiene nada.
¿Ni los usos y costumbres?
¡Ni los usos y costumbres!
A propósito, ¿qué hace usted trabajando con Alejandro Murat?
¿Por qué? Porque vuelvo a repetir, los espacios las mujeres tenemos que arrebatarlos.
Se lo pregunto al revés, ¿qué hace Murat trabajando con usted?
Pues hay que preguntarle a él. Yo respondo por mí.
¿Qué acordaron?
Nada, solo poner en el centro a los pueblos indígenas y afroamericanos.
¿Hay confianza?
Hay confianza.
¿No se ha sentido utilizada?
No.
¿Manipulada?
No, porque siempre he sido libre en mis decisiones.
¿Murat respetuoso de las mujeres?
Hoy está acompañando una política a los pueblos indígenas.
¿Respetuoso de los indígenas?
Por supuesto.
¿Sabrá Murat cómo viven las mujeres en Oaxaca?
Por eso es gobernador de Oaxaca.
¿El 14% de indígenas mexicanos son oaxaqueños, el 85 % de las mujeres en desigualdad?
Vuelvo a decir: ese es el reto de la revolución que comentábamos.
¿Sabrá Murat cómo se dice mujer en zapoteco?
Hay que preguntarle.
¿Sabrá cómo se dice simulación?
Hay que preguntarle.
Seamos serios, ¿ese gobierno priista, el de Murat, qué ha entendido de equidad?
Es un gobierno de todos y todas. Espero que estos tres años que restan se impulse con más fuerza acciones para las mujeres indígenas.
¿Quiere que revisemos los programas sociales de Murat?
Por supuesto. Yo respondo por la Secretaría de Pueblos Indígenas y Afroamericanos.
¿Murat no ha hecho negocio con ello?
Estoy segura no, porque al lado tiene a una gran señora que es su esposa.
¿Y usted no ha hecho negocio?
No, por supuesto.
¿Ni licitaciones a modo?
No hay licitaciones.
¿Porcentajes por servicios sociales?
Tampoco.
¿Sabe usted si Murat es dueño de hoteles de lujo?
No.
¿Socio de inmobiliarias?
Tampoco.
Por cierto, ¿qué cárteles del crimen mandan en Oaxaca?
No sé.
¿Y así la quiere gobernar?
Espero que la inseguridad que aqueja en todo el país, se combata con la educación.
¿México, Estado fallido?
Vuelvo a repetir: no sé si estamos ante un Estado fallido, pero también somos responsables, como sociedad, de ese Estado fallido.
¿AMLO en verdad conoce al país?
Espero que sí.
¿AMLO conoce a los indígenas?
Espero sí. En mí conciencia de libertad yo respondo por lo que conozco.
¿Sí al Tren Maya?
Hay que hacerle la consulta a los pueblos indígenas y ellos que decidan.
A propósito, ¿sigue pensando que Meade era la mejor opción?
Sí, por supuesto.
¿Y ya perdonó a los panistas?
No tengo porqué perdonar.
¿Y a Ricardo Anaya?
Tampoco: soy una mujer libre y en esa libertad tomo decisiones.
¿Volvería a sus filas?
Hoy estoy en un espacio que va más allá de partidos.
¿Para el 2022 frente común?
Con la ciudadanía, por supuesto, con las mujeres indígenas.
¿Por Oaxaca?
¡Por Oaxaca!
¿Y ve un México Libre?
Lo ideal es construir un México libre en esa corresponsabilidad de sueños, libertades, y no de partidos.
¿Con Margarita Zavala?
Nadie nunca va a negar la admiración y cariño que le tengo a Margarita Zavala.
Nos vamos, ¿alguna advertencia?
Que los indígenas no somos asuntos, ni vulnerables.
¿La revolución será feminista o no será?
Será feminista y con los pueblos indígenas y afroamericanos.