El gobierno del presidente Joe Biden anunció el viernes sus planes para que decenas de miles de solicitantes de asilo de origen mexicano, puedan ingresar a Estados Unidos mientras sus casos avanzan.
Los primeros 25.000 solicitantes de asilo que se encuentran en México con casos abiertos podrán pasar a Estados Unidos el 19 de febrero, según las autoridades.
Este plan comenzará con dos pasos fronterizos de hasta 300 personas al día, y con un tercero por el que pasará menos población. Los funcionarios gubernamentales temen que esto pueda animar a los migrantes a acudir en masa.
Según información de Seguridad Nacional, la medida “no debe interpretarse como una oportunidad para que la gente emigre de forma irregular a Estados Unidos”.
Los funcionarios han insistido en que la mayoría de quiénes ingresan al país de forma ilegal, son expulsados rápidamente en base a una orden de salud pública vigente desde el inicio de la pandemia de Covid-19 en marzo, pero la liberación de algunas familias que pedían asilo en Texas y California no ha resultado acorde al protocolo inicial.
“Como ha dejado claro el presidente Biden, el gobierno de Estados Unidos está comprometido a reconstruir un sistema migratorio seguro, ordenado y humano”, dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
“Esta última acción es otro paso en nuestro compromiso de reformar las políticas migratorias que no se alinean con los valores de nuestra nación”, añadió.
Biden está cumpliendo rápidamente con su promesa electoral de acabar con esta política, que según el gobierno de Trump, era fundamental para revertir el incremento en las llegadas de solicitantes de asilo que alcanzó su pico máximo en 2019. Pero esta política también expuso a los migrantes a la violencia en las ciudades fronterizas mexicanas y les complicó mucho el poder encontrar representantes legales y comunicarse con los tribunales correspondientes para atender sus casos.
En el primer día de Biden en el Despacho Oval, el Departamento de Seguridad Nacional suspendió esta política para los recién llegados. Desde entonces, algunos solicitantes de asilo detenidos en la frontera quedaron libres en territorio estadounidense con un citación para comparecer ante un juez.