No soy guapo, pero fui noviero con mucha suerte: Horacio Ortiz Renán

Entrevista

El presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas no perdona la carne asada en familia; se declara seguidor de los Rayados de Monterrey y asegura que a veces el sistema penal le rompe el corazón.

“A mí me crió mi abuela... viví con ella hasta que falleció”. (Especial)
Anahy Meza
Tamaulipas /

Es abogado por la Universidad Autónoma de Nuevo León, nacido en Ciudad de México pero se nota que es muy norteño en el acento y su franqueza. Creció y ha vivido en Reynosa, Tamaulipas; es casado, padre de tres hijos y ahora también abuelo. Le gusta trotar 5 kilómetros diarios y es amante de la cocina, pasatiempos que combina con la difícil tarea de ser presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas.

Horacio Ortiz Renán comenzó como abogado litigante, luego fue catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Valle del Bravo y más tarde dio clases en la Universidad México-Americana del Norte, en Reynosa, donde ocupó el cargo de director de la Facultad de Derecho de 1986 a 1990, para luego entrar a la función pública, donde se desempeñó como secretario del juzgado séptimo de distrito en Tamaulipas, con residencia en Reynosa, de 1990 a 1999.

Después decidió abrir su notaría, pero en 2005 regresó como funcionario público al ser secretario del ayuntamiento en Reynosa. Más tarde fue designado magistrado de número en el tribunal estatal (por seis años) y luego quedó adscrito a la primera sala unitaria en materia civil y familiar. Así fue como en 2017 fue designado presidente del Supremo Tribunal de Justicia y del Consejo de la Judicatura de Tamaulipas.

Tras esta larga carrera, Horacio Ortiz Renán asegura que el sistema de justicia le ha roto el corazón, pues hay historias que lo han marcado de por vida y justo por eso orienta sus esfuerzos para dar un giro en el funcionamiento de la impartición de justicia en Tamaulipas.

Asegura que ser presidente del Supremo Tribunal de Justicia es muy demandante, un trabajo de 24 horas. Al principio se cuestionó si ese era su lugar, pues antes de eso tenía una vida muy dedicada a su familia.

¿Por qué estudió derecho?

“Estudié derecho por una ilusión de chiquillo de velar por la justicia, porque cuando somos niños tenemos ideas muy románticas, por ejemplo, sobre el abogado heroico que defiende al desvalido del apoderado. Nació en la primaria mi inquietud, pero en la preparatoria fue cuando ya me decidí a estudiar derecho. Me fui a estudiar a Monterrey, no por gusto sino por necesidad; la Facultad de Derecho más cercana de la UAT era Tampico, que me quedaba a seis horas. La otra más cercana era Monterrey; estudié en la Autónoma de Nuevo León”.

¿Cómo fue su niñez?

Mi niñez fue un poco difícil por cuestiones familiares. A mí me crió mi abuela, ella me crió desde que tenía un par de años y viví con ella toda mi vida... hasta 2001 que falleció, ya estaba yo casado, pero viví pegado con ella, hasta que me fui a la universidad, que viví solo en Monterrey.

Le gusta el futbol. ¿Rayados, Tigres o Correcaminos?

Soy fanático del futbol, le voy a Rayados de Monterrey, como mis hijos; ahora a los Correcaminos, pero mi equipo de toda la vida son los Rayados... soy rayado.

¿Cuando no está trabajando qué le gusta hacer?

Me gusta mucho salir a pescar con las limitaciones de tiempo, he venido aquí (a la zona sur de Tamaulipas), adonde pueda con mis hijos. Mi otra pasión es cocinar, mi esposa y mis hijos dicen que lo hago bien, se lo comen todo. Mi mejor platillo no es muy adornado: el cortadillo de res me queda muy bien y el puerco en salsa.

¿Tuvo suerte en el amor?

De chavo fui noviero, fiestero no, pero noviero sí, pero en la preparatoria tenía suerte, no era guapo pero suerte sí tenía.

¿Al final encontró el verdadero amor?

Sí, me casé con una novia que tuve, Adriana Ornelas Garza, de Reynosa, con ascendencia en Victoria; nos casamos en 1989, tenemos tres hijos: Horacio, el mayor, ya casado y quien ya me hizo abuelo; Alejandro Alberto no se ha casado, y Adriana, la más pequeña, que todavía está en la escuela estudiando.

El sistema legal... ¿le ha roto el corazón?

En algunos años de mi inicio en el litigio, muy jovencito, un asunto me rompió el corazón: a una familia que iba a ser desalojada se le pidió un amparo y se ocupaba una garantía de 5 mil pesos; no los tenían y los desalojaron, son cosas que me marcan.

¿Practica algún deporte?

Sí hago ejercicio, troto 5 kilómetros al día, tengo años de hacerlo, pero ahora por salud lo hago en serio, por trabajo luego no lo hago en la mañana, pero lo hago en la noche, una hora, pero tampoco soy maratonista”.

¿Qué es lo que más disfruta en la vida?

A mi familia, una buena tarde, estoy enamorado de mi familia, una buena tarde con carne asada, lo hacemos el domingo y el sábado también, dos o tres veces por semana; mis hijos son fanáticos de futbol americano, los jueves es obligada la carne asada: llego, me siento con ellos un rato, una carne asada y a dormir...

¿Qué sigue después del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas?

Después de esto estoy preparado para terminar mi periodo: yo soy abogado y notario en Reynosa, he sido litigante toda mi vida y la notaría está ahí, quiero regresar ahí a Reynosa, pero no sabemos. Nunca pensé llegar a Victoria, yo ya estaba muy encarrilado a mi casa a mi familia, los primeros días me preguntaba ¿qué estoy haciendo aquí? Fui secretario en un juzgado de distrito casi 10 años, abandoné la carrera judicial por ser notario.

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