En medio de las tensiones entre México y Estados Unidos por el combate al fentanilo y la infiltración de la DEA al cártel de Sinaloa, esta mañana el embajador de ese país, Ken Salazar, visitó al presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional.
Minutos después del mediodía, el funcionario estadunidense salió del recinto histórico sin dar declaraciones.
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Esta visita se da luego de que en La Mañanera, López Obrador acusó una intromisión abusiva y prepotente la infiltración del gobierno de Estados Unidos al primer círculo del cártel de Sinaloa, que derivó en la presentación de cargos contra 28 miembros de este grupo criminal.
El mandatario acusó que este operativo se realizó sin ninguna autorización del gobierno mexicano, por lo que se pronunció por retomar las pláticas para ver las condiciones de cooperación binacional en materia de seguridad.
Posteriormente, dijo que la prioridad del gobierno mexicano es garantizar la seguridad pública en el país y en segundo plano está la intención de cooperar con Estados Unidos para enfrentar la crisis de consumo de opioides que vive ese país.
Y agregó que esta administración no va a permitir lo que ocurría en gobiernos anteriores, cuando los programas de trabajo en materia de seguridad se dictaban desde la Unión Americana, como ocurrió con el operativo Rápido y Furioso.
“Para decirlo más claro, nosotros lo que queremos es que en México nadie pierda la vida, que nadie sea secuestrado, que no haya extorsiones, robos, feminicidios, eso es lo primero, es nuestra responsabilidad fundamental y en el segundo plano ayudar, cooperar, con el gobierno de Estados Unidos para que podamos, como buenos vecinos enfrentar el grave problema de consumo de droga en Estados Unidos.
“En particular atender el problema de consumo de fentanilo, que está causando la pérdida de vida de muchos estadunidenses, cosa que lamentamos”, subrayó.
LP