Largas filas se registran en los supermercados de Nuevo León desde la mañana de este viernes, debido a que por disposición de las autoridades estatales deberán de cerrar sábado y domingo, al igual que restaurantes, cines y centros comerciales.
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Lo anterior, tras la decisión del gobierno estatal de restringir la movilidad los sábados y domingos, con el fin de bajar el número de contagios por covid-19.
Establecimientos como carnicerías y pastelerías también presentaban aglomeraciones desde la mañana y continuaban por la tarde.
Al entrevistar a algunas personas dijeron sentirse sorprendidas y otras molestas, argumentando que hay a quienes les pagan el viernes por la noche o el sábado, por lo que no alcanzarán a comprar la despensa en fin de semana porque estará cerrado.
Hay quienes señalaron que no tuvieron tiempo en la semana para hacer el mandado o sus compras navideñas, por lo que pensaban hacerlo este fin de semana.
Golpe devastador para el comercio
Gabriel Chapa, presidente de Canaco, calculó que las pérdidas ascenderán a 7 mil 038 millones de pesos por esos seis días (tres fines de semanas) que el comercio permanecerá cerrado, ya que para el sector comercio y restaurantero es la mejor época del año y donde registraban ventas récords.
Las principales cadenas de supermercados informaron que mantendrán el servicio de entrega a domicilio durante sábados y domingos, para que la gente pueda realizar sus compras.
Sin embargo, el líder de los comerciantes expresó que los afiliados a Canaco tienen dudas sobre cómo aplicar esos días (sábado y domingo) en cuanto a sus empleados.
“Necesitamos el decreto, el cual no ha sido publicado, sin este hay dudas, por ejemplo, si pueden trabajar a puertas cerradas al público para entrega a domicilio. Ya solicitamos una plática telefónica con la gente de gobierno para expresarles nuestras inquietudes”, señaló Chapa Muñoz en entrevista.
Por el momento, dijo, cada empresa decidirá la forma de cómo trabajar el fin de semana.
Chapa Muñoz indicó que espera que el gobierno del estado pueda rectificar dicha decisión, pues considera que los cierres anteriormente no mostraron un cambio contundente en la movilidad, además de que cree, hay otras maneras de poder manejar el alza de infecciones, como reducir el aforo o los horarios.
Esta medida es “un duro golpe para los negocios y esperaban estos días decembrinos para recuperarse un poco de lo duro que ha sido este año. Necesitan flujo para poder cubrir sueldos y aguinaldos de sus empleados y deciden cerrarles tres fines de semana, les cortarían ese flujo y afectaría a los negocios”.