Presidente atiende uno por uno a manifestantes en NL

Andrés Manuel López Obrador se dio tiempo para escuchar a la gente que protestaba y que le solicitaban atención jurídica y apoyo para su salud, entre otras cosas.

El Presidente de la República se dio el tiempo de escuchar a los manifestantes en NL. Foto: César Cubero
César Cubero
Monterrey /

Para sorpresa de muchos, sobre todo de los funcionarios del gobierno de Nuevo León, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, al finalizar el evento en el Palacio de Gobierno, atendió, uno a uno, a los manifestantes que protestaban afuera del edificio estatal.

Fue en punto de las 14:00 que la figura del primer mandatario del país apareció al fondo de la puerta oriente del Palacio, por 5 de Mayo, y último acceso antes de llegar a la calle Zuazua; al verlo, las más de 100 personas que se encontraban tras el cerco de seguridad comenzaron sus gritos, la mayoría en contra del gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón.

Tras ello, López Obrador dejó atrás a la comitiva estatal compuesta, entre otros, por el gobernador y su secretario de Gobierno, Manuel González Flores, su coordinador ejecutivo, Waldo Fernández González, y antes de subir a la Suburban negra en la que llegó a Palacio, se dirigió a escuchar a los ciudadanos de Nuevo León que se dieron cita en el lugar con la esperanza de hablar con el Presidente.

Pasó entonces que, uno a uno, los quejosos tuvieron la oportunidad de saludar, tocar, abrazar, tomarse fotos, y hablar con AMLO. Los gritos cesaron y comenzó entonces un recorrido de integración social, en el cual el Presidente, paso a paso, peregrinó todo el camino de vallas negras para ofrecer a la gente el apoyo requerido a través de su equipo de censores del bienestar.

Ante ese escenario, el "Bronco" en un principio se notó desconcertado, para luego recordar viejos tiempos, en los que estaba cercano a la gente, y sin miedo se acercó él también, por su lado, a darse su "baño de pueblo".

Y con un par de frases sencillas, "¿qué necesita?, ¿en qué le puedo ayudar'", acalló las voces críticas a su administración, y puso oídos receptivos a las necesidades específicas de salud y justicia que le expresaron algunas madres de familia, en especial las que solicitaban apoyo para sillas de ruedas o atención jurídica.

Sin embargo, no todo se quedó en un acto para la foto, dado que en ese momento le indicó a Daniel Torres Cantú, de la secretaría de Desarrollo Político, que se hiciera cargo de solucionar cada petición que le hicieron, éste entregó tarjetas y su número de celular y se comprometió a que a más tardar el lunes los recibiría y daría seguimiento a sus peticiones.

Otro que se dio tiempo para conversar con los manifestantes fue Waldo Fernández, el cual tuvo oportunidad de ofrecer soluciones a varios de los ahí reunidos.

Llamó la atención que, aunque ayer se destapó para contender por la gubernatura de Nuevo León, Manuel González Flores se mantuvo todo el tiempo respetando el protocolo y lejos de la gente.

Al filo de las 14:16, López Obrador se despidió de sus admiradores, subió a la Suburban negra, tuvo tiempo de escuchar aún a la diputada local Karina Barrón, dijo adiós a la legisladora, y partió rumbo a su próximo destino.

Antes de su llegada, hubo protestas con mantas y pancartas por parte de Únete Pueblo, que exigía, entre otras cosas, juicio político al gobernador, revisión a las cuentas públicas, peritaje urgente al sistema del Metro.

Además, la Organización Democráticamente Independiente (ODI) le exigió a López Obrador un hospital para el municipio de García; un grupo de taxistas autónomos le solicitó que se elimine el IEPS y crédito para vivienda a los de su gremio.

Por su parte, la Unión de ex braceros y migrantes del noreste de México, AC, le exigía la apertura de una tercer etapa de registro para poder acceder a un apoyo de 38 mil pesos, y que autorizara que cerca de 33 mil ex braceros que están pendientes de recibir ese apoyo tuvieran el acceso al mismo.

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