En silencio, con gritos, armadas con aerosoles, vestidas de negro, de morado, desnudas o con el rostro cubierto... miles de mujeres se unieron en una sola voz ante el hastío por las ineficientes investigaciones que nunca llegan a nada. Porque cuando todas las opciones se agotaron, no les quedó más que salir a las calles y gritar lo que siempre debió ser un derecho: respeto.
Por redes sociales, por mensajes telefónicos, en carteles en escuelas o de voz en voz, desde hace semanas colectivos de mujeres se organizaron para realizar una marcha en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Después de las cinco de la tarde, el contingente de mujeres encabezada por madres de víctimas comenzaron a avanzar sobre Reforma. Para entonces, algunos grupos ya habían causado destrozos en la estación del Metrobús La Palma, rompiendo vidrios con mazos, palos.
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La marcha fue avanzando mientras mujeres de todas las edades, incluyendo niñas acompañadas de sus madres gritaban al unísono: ¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos!
El cinturón de paz se instaló a los costados de Paseo de la Reforma para resguardar e impedir que otros grupos ajenos a la marcha se infiltraran; sin embargo, un grupo de mujeres vestidas de negro y con el rostro cubierto rompieron parbuses y vidrios en las estaciones del Metrobús que encontraban a su paso.
Los petardos no tardaron en comenzar a explotar, mientras decenas de mujeres celebraban y coreaban las consignas de "¡Que no, que no, ni una muerta más!" y "¡Señor, señora, no sea indiferente, de mata a las mujeres en frente de la gente!".
Al llegar al monumento a Cuauhtémoc, algunos grupos usaron todas su fuerza y con palos y mazos quitaron las tapias que colocaron las autoridades del gobierno capitalino y realizaron pintas e incluso prendieron fuego.
Tras los momentos de tensión, las mujeres policías que resguardaban la marcha decidieron no intervenir.
"¡Puercas, culeras!" La furia de una decena de mujeres se vio descargada las uniformadas, cuando al encontrarse de frente comenzaron a gritar consignas contra ellas.
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Los pasos de cientos de mujeres continuaron hacia la Torre del Caballito, mientras los ánimos parecían disiparse. Pero al llegar al Hemiciclo a Juárez, un contingente también se detuvo a pintar con aerosoles, mientras las mujeres policías avanzaban hacia el lugar para intentar dispersarlas.
Al llegar al Palacio de Bellas Artes, las agresiones regresaron y más fuertes que al principio. Algunas manifestantes lanzaron gas lacrimógeno a las mujeres policía que protegían el edificio.
Aunque grupos de mujeres llamaron a no exponerse y no caer en provocaciones de ajenos a la marcha, los destrozos siguieron.
La desorganización se hizo presente hacia las siete de la noche, cuando los contingentes se dispersaron y comenzaron a avanzar por la calle 5 de Mayo, hacia el Zócalo.
Para esa hora, algunas manifestantes presentaban malestares debido al gas lacrimógeno dispersado y fueron atendidas por mujeres paramédico que estuvieron presentes en todo momento en la marcha.
Pasadas las siete de la noche, la marcha llegó a su destino: el Zócalo de la Ciudad de México. Ahí, los contingentes comenzaron a concentrarse.
"Reivindicamos nuevamente nuestro derecho a una vida libre y no patriarcal. Nosotras no olvidamos los diez feminicidios que ocurren en México diariamente. Ninguna debió morir ni una más debe morir, compañeras. Por eso estamos declarando el feminicidio una alerta nacional", dijeron mujeres que encabezaron la marcha.
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En la manifestación también protestaron madres de mujeres víctimas de violencia.
"Ya basta de proteger acosadores" dijeron sobre las instituciones de educación públicas, incluidas la UNAM y el IPN, a las que reclamaron por no hacer nada ante este tipo de violencia".
"Sólo queremos gozar el derecho de vivir libre de violencia. Exigimos justicia para cada caso de feminicidio. ¡Ni una asesinada más!", expresaron.
Desde el Zócalo de la Ciudad de México, frente a Palacio Nacional, donde cada mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador ofrece una conferencia, cientos de mujeres reclamaron: "¡Merecemos vivir en paz!"
"Lo peor que podía hacernos el patriarcado era arrancar os la dignidad y por eso estamos aquí", reprocharon. "Es cierto que hay vidrios rotos y paredes manchadas, pero también es cierto que hay miles de mujeres asesinadas. No daremos marcha atrás en esta lucha", advirtieron.
Durante el Mitin en la plancha del Zócalo, diferentes líderes de colectivos pronunciaron discursos en los que repudiaron la violencia de género y exigieron a las autoridades respuestas inmediatasa las miles de mujeres desaparecidas y asesinadas. Además, exigieron al presidente Andrés Manuel López Obrador una respuesta para las 43 madres de los normalistas de Ayotzinapa.
Hacia el final de los discursos, un poema silenció los gritos y las protestas. Un poema en el que la rabia de la mujer que lo recitaba se sentía a flor de piel en cada una de las que estaban presentes, y llamaba a cada mujer a no bajar la guardia y a seguir la lucha en México y en diferentes países de América Latina.
"En nuestro país, nuestra pelea es de vida o muerte y aunque el Presidente lo niegue, nosotras insistimos en que Ayotzinapa fue un crimen de estado", dijo la líder de colectivo feminista que subió al estrado.
Los colectivos demandaron mejores condiciones laborales para las mujeres y refrendaron su compromiso de seguir en la lucha por la igualdad de género.
La protesta en el corazón de la Ciudad de México concluyó con una representación de danza que realizó un colectivo chileno, el cual manifestó su apoyo a la lucha feminista mexicana.
Cuando toman tu cuerpo, tu dignidad y hasta tu vida, lo único que queda es, supongo, quemar todo, así al menos quedará la huella de que existió una lucha a muerte por cambiar esa realidad.