La senadora del PT por Baja California Alejandra León Gastélum (1976) disfruta pasar el mayor tiempo posible con su hija adolescente, con quien comparte el gusto por la música y el canto, aunque no lo hace en público “por pena”.
La legisladora cobró notoriedad el año pasado por la forma de festejar su triunfo electoral. Las redes sociales, que no perdonan el mínimo traspié, la bautizaron como Lady Champagne.
¿Cómo es fuera del Senado?
Soy cachanilla, una persona comprometida con todo lo que hago, responsable con todo lo que emprendo. Soy mamá soltera, tengo una hija de 16 años, actualmente está en preparatoria y esa es una gran responsabilidad porque hay que darle el ejemplo del trabajo que debemos desempeñar.
¿Es difícil lidiar con la edad de su hija, la adolescencia?
No es fácil, al contrario, es muy complicado; creo que mi responsabilidad de mamá soltera para ella también representó un gran reto y un compromiso de tener cierta independencia y así fue educada desde chiquita, ella sabe que tiene que cumplir con sus responsabilidades.
¿Qué hace en su tiempo libre?
Tengo poco tiempo libre, pero lo aprovecho para hacerme de algunas lecturas, de algunos libros, me gusta ver películas, así es la manera en la que me relajo, me gusta ir al cine con mi hija, trato de tener muchas actividades con ella.
¿Tiene algún escritor favorito?
Me gusta mucho como escribe el estadunidense Gary Jennings, autor de Azteca, un libro fascinante, lo leí hace muchísimos años, pero continuamente me gusta hojearlo y más ahorita que estoy en Ciudad de México, porque me identifico con esa historia y cultura que tenemos. Este libro también me hace tener las raíces firmes de lo que significa ser mexicano y tener los pies en la tierra.
¿Gustos por alguna actividad?
Me gusta tocar la guitarra, ahí andamos haciendo nuestros pininos desde que era pequeña y pues a veces cantamos, mi hija es músico, entonces esto es parte de los aspectos que también puedo hacer con ella.
¿Cómo aprendió a tocar?
Mi papá me enseñó desde los 11 años y de ahí fui aprendiendo con diversos maestros que tuve en la secundaria, en preparatoria y también en algún momento toque el violín, de hecho, de niña estaba en un mariachi como violinista, era la única mujer y eso me permitió también desenvolverme en otros aspectos de mi vida como en la parte artística y cultural.
¿Y la cantada?
Eso es poquito, regularmente tengo que estar acompañada con la guitarra, también acompaño a mi hija cuando se pone a tocar, pero públicamente no lo hago mucho, porque soy muy penosa.
Si no hubiera escogido la política, ¿la veríamos como artista, cantante o instrumentista?
Si no hubiera optado por la política me hubiera gustado estar en el Conservatorio de Música, pero mis padres no me dejaron porque estaba chiquita y tenía que ir a Michoacán, al Conservatorio de las Rosas, donde pretendía estudiar.
¿Se arrepiente de no haber perseguido su sueño?
La música la tienes que estudiar desde niña, es una carrera muy sacrificada y como no me permitieron tomar ese camino, pues opté por cuidar el medio ambiente y me convertí en ingeniero químico ambiental; creo que todavía traemos por dentro lo que es la cultura, el arte o la música, siempre lo vamos a estar apoyando y participando cuando podamos hacer algo bueno para las futuras generaciones.
¿Por qué entró a la política?
Desde chiquita siempre me vislumbraba en la política, miraba a Beatriz Paredes y soñaba en ser como ella cuando creciera, se me hace una mujer ejemplar y en ese entonces no había mucha participación de la mujer en la política.
“Mi sorpresa fue cuando llegué al Senado y me asignaron mi escaño: no podía creer que la tenía de vecina y vinieron a mi memoria los sueños de niña y se lo comenté a la senadora. No llegué al Senado así porque sí, llegué inspirada por una política mexicana como Beatriz Paredes, lo más loco y emocionante es que además comparto con ella también la Legislatura”.
¿Colecciona algo?
Colecciono arena de mar de los lugares a los que voy, la recolecto en botellitas, luego le pongo piedritas y en ocasiones el nombre de la playa, con esto me desestreso. También suelo recolectar piedras, aunque no sean de mar, todas las que voy juntando las tengo muy bien identificadas, me hacen recordar por dónde voy y los momentos que pasé.
¿Cuántas tiene y en dónde?
No les he contado, pero algunas me las traje al Senado, están en mi oficina, otras en mi departamento y otras las dejé en Mexicali, son como amuletos.
¿Qué extraña de su tierra?
Definitivamente la comida, los tacos al pastor y la carne asada, los mariscos; en Baja California tenemos excelentes mariscos y les voy a pasar un tip: los mariscos entre más asquerosos y babosos, saben mejor. No los veas y saboréalos, como la frase de Timón y Pumba: ¡Viscosos, pero sabrosos!
¿Su platillo favorito?
Unas enchiladas suizas verdes que hacía mi mamá y no las comeré más, las hago, pero no salen igual, no tienen ese sazón de mamá. Me gusta cocinar, hacer tortillas de harina y de maíz, también suelo apapachar a mi hija con la comida de mamá.
¿Cuál es su libro favorito?
Me gustan muchos, pero llevo conmigo Azteca, de Gary Jennings.