El ‘american dream’ musulmán… en Tijuana

Varados

Ciudadanos provenientes de Yemen, Somalia, Siria, Iraq, Nigeria y Sudán, sin éxito en su búsqueda de asilo en EU.

Muchos de ellos asisten al Centro Islámico de Baja California. (Jorge Carballo)
Abraham Reza
Tijuana, Baja California /

Aunque Estados Unidos les ha cerrado las puertas, desde principios de año decenas de musulmanes han llegado paulatinamente a Tijuana, Baja California, con el objetivo de buscar asilo humanitario al norte. Pero la realidad es que su tasa de éxito es cero. En medio año, Washington no ha concedido una sola visa a personas de Medio Oriente y África del Norte que ahora, atrapados en territorio mexicano, hacen su vida en el país.

Solo en Tijuana, la Secretaría de Gobernación, tiene ubicada la llegada de al menos 30 musulmanes mensualmente desde principios de este año, muchos de los cuales han comenzado a asistir al Centro Islámico de Baja California, en donde conviven migrantes provenientes de Yemen, Somalia, Siria, Iraq, Nigeria y Sudán, por mencionar algunas de las nacionalidades que ahí han encontrado refugio.

Uno de ellos es Sekou Fidiani, quien llegó a Tijuana en enero. Tiene 37 años, es originario de Guinea en África Occidental. El viaje que le trajo al otro lado del mundo duró al menos 5 meses: salió de su país en un barco con rumbo a Brasil donde trabajó como estibador por algunas semanas y después caminó desde Sudamérica hasta la frontera norte, donde hoy lava autos.

“En mi país tenemos problemas. La guerra civil no se detiene y eso ocasiona muchas dificultades, por eso decidí viajar hasta aquí, quise quedarme en Europa, pero ahí ya no hay opción, ahí los que buscan asilo son más y la posibilidad de conseguirlo es mínima”, dice.

Y aunque han encontrado discriminación, también hay empatía. Al Abdulmawla, originario de Paquistán, llegó a México hace 21 años y ahora se dedica a asistir legalmente a musulmanes en Tijuana junto con su esposa, Sonia García.

“Si nos ven con hiyab corren, no nos quieren ni decir ‘hola’ y entonces llegan con ese miedo. Ellos no saben a qué se van a enfrentar, ni cómo es el país, no conocen el idioma, no conocen a la gente, no conocen nada”, puntualizó García.

Los musulmanes que han llegado a la frontera se han percatado, dice García, que las puertas están cerradas.

“Existe la islamofobia, tanto en México como en EU, pero es más dura allá, lo que complica el proceso de asilo. Cuando ellos llegan y las autoridades migratorias ven a las mujeres con el hiyab (velo que cubre la cabeza y pecho de mujeres musulmanas), lo primero que hacen es revisarlas de pies a cabeza y seguir con las pruebas biométricas para cerciorares que ninguno de ellos tenga un presunto nexo terrorista”, explica.

Y ahora, expulsados de sus hogares por la violencia, estos refugiados se enfrentan a que sus posibilidades de ingresar a Estados Unidos son casi nulas. En México, tampoco se han integrado.

De acuerdo con La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, entre enero y agosto de 2019, solo nueve de los 190 musulmanes que llegaron a México pidieron documentos como residentes mexicanos, el resto espera un juicio en las cortes de EU.

De viva voz

• “En mi país tenemos problemas. La guerra civil no se detiene y eso ocasiona muchas dificultades, por eso decidí viajar hasta aquí, quise quedarme en Europa, pero ahí ya no hay opción, ahí los que buscan asilo son más y la posibilidad de conseguirlo es mínima”.

Sekou Fidiani
Originario de Guinea

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