El 12 de octubre, las autoridades migratorias estadunidenses comenzaron a retornar a México a venezolanos que habían llegado a ese país para solicitar asilo o permiso laboral bajo un nuevo acuerdo para regular el tránsito de personas hacia ese país a través de una solicitud en línea.
Sin explicarles nada, un centenar de ellos fue llevado a Matamoros, Tamaulipas el fin de semana para después ser colocados en autobuses que los trajeron a la Ciudad de México, donde los dejaron a su suerte.
De acuerdo con sus testimonios, tuvieron que caminar varias horas de la Central de Autobuses del Norte a las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), donde tampoco tienen certeza de qué sucederá con ellos.
Al mismo tiempo, los migrantes que se encontraban en camino hacia desde el sur se encontraron con la noticia de que no podrían cruzar hacia Estados Unidos a través de la frontera, a menos de que quisieran perder la oportunidad de ser elegibles para tener una oportunidad de cumplir su sueño americano.
Óscar Marques llegó a México hace 15 días. Logró cruzar a Estados Unidos por Ciudad Juárez, Chihuahua, donde comenzó su proceso de solicitud de asilo:
"Empezaron a hacernos un proceso, a llenarnos unas hojas, la dirección de las personas que nos iban a recibir en Estados Unidos", dijo en entrevista con MILENIO.
Bajo la custodia de autoridades fronterizas estadunidenses, pasó por al menos seis albergues de Texas, hasta que el fin de semana los regresaron a Matamoros sin mediar palabra.
Los subieron a un autobús con rumbo a la Ciudad de México, donde por sus medios, lograron llegar a las oficinas de la Comisión Mexicana de ayuda a Refugiados.
Sus playeras blancas, pantalones azules y sandalias blancas o naranja los delatan. La mayoría aún conserva estas prendas que las autoridades fronterizas de Estados Unidos les dieron mientras los tuvieron en centros de detención de migrantes.
"El chofer del autobús nos dijo que preguntáramos donde estaba Comar. Llegamos a las 05:00 horas a la terminal, y acá llegamos como a las 10:00", dijo a MILENIO uno de sus compañeros.
En la capital no tienen muy claro lo que harán. La solicitud en línea con el fin de ser elegibles para trabajar o recibir asilo en Estados Unidos les pide tener un pasaporte, que en Venezuela cuesta entre 700 y mil 500 dólares y un familiar o patrocinador local.
Por el momento analizarán la oportunidad de solicitar refugio en México; sin embargo, reprochan la falta de transparencia de las autoridades: "de Estados Unidos nos sacaron engañados, prácticamente presos, porque duramos como cinco días sin bañarnos, sin cepillarnos, sin nada", dijo otro migrante bajo condición de anonimato.
En la Comar, se encontraron con sus paisanos que vienen del sur. Los que se enteraron del acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos que los involucra, a la mitad de su viaje por territorio mexicano.
Jonque Franco era un paramédico en Venezuela, asignado a una Unidad de Cuidados Intensivos, pero los diez dólares que ganaba al mes lo impulsaron a buscar otra oportunidad en Estados Unidos para mantener a su familia. En México, lo trataron como pelota de ping-pong.
"Ingresé por la selva del Darién por la ayuda humanitaria que nos estaba dando el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y ahora resulta que estamos trancados acá en el Estado de México porque una de las cosas que tiene migración es que no nos quiere dejar avanzar ni dejarnos retroceder."
Logró llegar a Ciudad Juárez, Chihuahua, pero lo detuvieron agentes del INM. Después lo trasladaron a una estación migratoria en Janos.
De ahí, lo movieron a la Ciudad de México y después a Tapachula, Chiapas. Actualmente está en la capital del país buscando una solicitud al ultimátum que le dio el gobierno mexicano el 29 de septiembre para que pasados 15 días abandonara México. Está entre la espada y la pared, porque tampoco puede trasladarse a la frontera con Estados Unidos o perdería la posibilidad de ser elegible para solicitar asilo.
Davidson León, también de Venezuela, entró a México el sábado 8 de octubre, a San Pedro Sula, Chiapas, para tener permiso de movilidad por México.
Logró llegar a la Ciudad de México, donde ahora no sabe qué hacer: "Estamos en shock con la noticia de que ya no vamos a entrar a Estados Unidos, queremos alguna ayuda, una solución. Fue sin previo aviso, cerraron la frontera ahí mismo, no dieron detalles de nada."
JLMR