El Partido Movimiento Ciudadano condicionó su apoyo al gobierno de Andrés Manuel López Obrador al respeto al federalismo y sostuvo que aceptarán vueltas al centralismo, porque en nada abona a la reconciliación nacional hablar desde el pedestal de la superioridad moral.
“Al Presidente de la República le damos la bienvenida a este recinto parlamentario, y hacemos votos para que México vea hacia adelante y no hacia atrás, para transformar el Estado mexicano, pero no para reconstruir un pasado con tintes peligrosamente autoritarios”, externó el vicecoordinador de MC en el Senado, Clemente Castañeda.
Al abundar que el reto no es menor, pues implica construir un nuevo régimen sin permitir que las ruinas del anterior arrastre a México al pasado.
“Implica ejercer el poder sin permitir que la soberbia nos aleje del interés común, pero sobre todo, implica encontrarnos, escucharnos y honrar el compromiso y el amor que todos tenemos por México”.
Al fijar la postura del Movimiento Ciudadano ante el nuevo gobierno, Clemente Castañeda dijo que los nuevos comienzos abren siempre la posibilidad de construir un mejor presente para darle rumbo al porvenir, más aún si se toma en cuenta que la nación se encuentra profundamente lastimada por un régimen que le falló a los mexicanos.
“No aceptamos la concentración del poder, ni el paternalismo, ni ningún proyecto de restauración de un régimen presidencialista de mediados del siglo pasado que ya le falló a México. Creemos en la rendición de cuentas, en la transparencia, en el diálogo republicano y en el potencial del pluralismo político y del respeto a nuestras diferencias”, aseguró.
El senador dijo que Movimiento Ciudadano cree en el federalismo regresar al pasado de un control político centralizado, en donde los estados y municipios se subordinen ante las órdenes del Presidente, ni de nadie más.
“El mandato de los gobiernos estatales y municipales viene de los ciudadanos, y ante ellos deben rendir cuentas. Por eso queremos estados que sean fuertes por su desempeño, por su compromiso democrático, por su capacidad para resolver los problemas públicos, y por su empeño para transformar la realidad de sus comunidades. Lo decimos con claridad, en el pacto federal, los gobiernos estatales y municipales no son espectadores subordinados, son protagonistas de la transformación nacional”, destacó.
En alusión a los llamados “súper delegados”, Castañeda externó que creen en el municipio libre de intermediarios políticos, libre de poderes fácticos, libre de ataduras burocráticas, libre de aparatos partidistas.
Diría que hoy a México le faltan puntos de encuentro y “estamos convencidos que en nada abona a la reconciliación nacional hablar desde el pedestal de la superioridad moral, alimentando dicotomías entre vencedores y vencidos, entre buenos y malos”.
Recordó que en una democracia cuentan e importan todos los votos, incluidos los de quienes piensan diferente.
Clemente aseguró que el Congreso de la Unión jugarán un papel importante para enaltecer a México, dignificar la división de poderes y buscar puntos de encuentro a pesar de nuestras sanas y legítimas diferencias.
“El Poder Legislativo no es una ventanilla de trámites, no es una oficina para atender los encargos del Presidente. Es la representación de todos los mexicanos, donde se resume la pluralidad de la nación, donde se encuentra la diversidad de intereses e identidades del país, donde están representadas las minorías y donde tenemos la obligación de tomar decisiones que nos incluyan y nos representen a todos”.
El legislador advirtió su preocupación por algunas decisiones y acciones inminentes o incluso ya consumadas, como las amenazas al pacto federal y a la división de poderes a través de las reformas impuestas por la mayoría legislativa, la negativa a garantizar una Fiscalía independiente, la puesta en marcha de consultas a modo, “y en suma, lo que pareciera ser un proyecto de restauración de un régimen centralista, de concentración del poder y de partido dominante; o peor aún, el país de un solo hombre”.
En ese sentido, se pronunció porque desde el Poder Legislativo se combata cualquier proyecto de restauración de un régimen de concentración excesiva del poder.
“Creemos en la democracia, pero no aceptamos la democracia dirigida, la que sólo aparenta respetar al pueblo para manipularlo; tampoco aceptamos la democracia de turnos, la que busca sustituir a una oligarquía por otra. Creemos en la inteligencia multiplicada del pueblo mexicano por cada uno de sus individuos”, indicó.“No aceptamos la concentración del poder, ni el paternalismo, ni ningún proyecto de restauración de un régimen presidencialista de mediados del siglo pasado que ya le falló a México. Creemos en la rendición de cuentas, en la transparencia, en el diálogo republicano y en el potencial del pluralismo político y del respeto a nuestras diferencias.
OVM