De niña bailaba todas las coreografías del grupo Menudo: Irma Eréndira Sandoval Ballesteros

Entrevista

La secretaria de la Función Pública tiene muy buenos recuerdos de su niñez, se considera una mujer acelerada, precoz y afirma que el objetivo en su vida es enseñar a sus hijas a ser solidarias con otras mujeres.

La vida del servidor público tiene recompensas, pero es esclavizante. (Héctor Téllez)
Karina Palacios
Ciudad de México /

Hija del político Pablo Sandoval Ramírez y de la historiadora Carmen Ballesteros Corona, la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval Ballesteros (Ciudad de México, 1973), se considera una persona acelerada, precoz, trabajadora y defensora de sus ideales.

Define la política como “una bestia difícil de controlar”, de la cual ha aprendido a buscar “verdaderos cambios sociales” a lo largo de su vida.

La funcionaria dice amar “la música real”, como el jazz y la de origen afro, sin embargo, reconoce que en su infancia era admiradora del grupo puertorriqueño Menudo, del cual se sabía las coreografías de todas las canciones.

Es madre de tres hijas, con quienes disfruta asistir a conciertos, leer y hacer tareas. Asegura que su objetivo con ellas es que aprendan a ser solidarias con otras mujeres.

¿Qué hace al llegar a casa?

Disfruto mucho a mi familia y a mis hijas que están creciendo, trato de leer con ellas, les ayudo a hacer su tarea para salirme de la lectura de los expedientes. Cuando se puede vamos a conciertos; son niñas lindas y nos meten mucho en sus dinámicas de crecimiento, son geniecitas.

¿Cómo hace para dividirse entre la familia y un trabajo tan demandante?

Son momentos muy bellos, queremos ponerle mucha calidad porque ha sido un cambio muy fuerte para mí estar en la SFP. La vida académica es muy bonita que te da mucho crecimiento en conjunto con tu familia y es muy gratificante porque estás dando clases, reflexionando y la vida del funcionario público tienen otras recompensas, pero es esclavizante.

¿Cómo define la vida política?

Es muy difícil estar en la política, la política es una bestia difícil de controlar, es fuerte, muy energizante que te forja y también es un campo muy atractivo para el verdadero cambio social.

¿Hay sacrificios?

Por supuesto, en ocasiones sacrificas hasta la salud, ya no puedes tener un modo de vida sano, comer bien y a tus horas, te acostumbras a llenarte incluso de café; sacrificas a la familia y yo creo que un poco hasta el equilibrio emocional. Las mujeres tenemos que fortalecernos mucho para formar parte de la vida pública y política, porque siempre está la merma emocional.

¿Cuál fue su primer trabajo?

En la UNAM fui ayudante del profesor y después fue más formal y me convertí en correctora de estilo en la revista de la Facultad de Derecho, no sabía nada del derecho pero tenía muy buenas técnicas de corrección de estilo, ya que mi padre me forjó porque me ponía a hacer todas las lecturas de sus textos.

¿Qué tipo de música escucha?

Me gusta mucho la música clásica, el jazz y la música de Guerrero. Soy de los años 80 y me encanta el rock y toda la música que te genere pensamientos y edifique el espíritu, la música real. Reconozco que hay unos ruidos que no me gustan, pero la música cubana y de raíz afro me encanta.

¿Hay gustos culposos?

Durante mi infancia me gustó mucho, y no me da pena decirlo, el grupo Menudo, me fascinaban los menudos y bailábamos esa de “Súbete a mi moto”, me sabía todas las coreografías.

¿Qué hay del cine, del teatro?

Me gustan ambos, son de los placeres que hemos sacrificado como familia. Antes mis hijas, mi mamá, mi esposo y yo íbamos al teatro cada 15 días, ya no vamos tanto al teatro, pero el cine tiene más flexibilidad en horarios.

¿Algún libro la ha marcado?

Los libros que han marcado mi vida son el de Anna Karenina, de León Tolstói, me gusta La madre, de Máximo Gorki, pero entre los autores que leo más están Rosario Castellanos y Carlos Fuentes.

¿Cómo recuerda su niñez?

Con mucho cariño, fue una parte muy bonita de mi vida; siempre viajaba con mis papás y muchas veces dormíamos en el carro; no fue una infancia tradicional por las luchas de mis padres. También la recuerdo con estabilidad, porque mi madre, al ser maestra de primaria y de secundaria, nos procuró mucho para que no falláramos en la escuela.

¿Algún momento especial?

Empecé estudiar muy joven, leía desde los cuatro años y por eso mi mamá me metió a la primaria a los cuatro años, terminé ese nivel a los nueve años y cursé la secundaria muy joven. Entré al CCH Sur de la UNAM a los 12 años, eso fue muy significativo porque me metí de lleno a la huelga de CU en 1987 y me volví líder estudiantil, esto me hizo ser siempre muy acelerada y precoz.

¿Qué opina de la crítica a la que está expuesta?

Me gusta la crítica, estoy totalmente abierta a ella cuando es neutral, nutritiva y orientadora, los insultos no me gustan.

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