“No podemos parar, tenemos vidas a cargo”

#UnDíaSinMujeres

Padres de familia agradecieron al personal femenino que sí acudió a trabajar para atender a sus niños.

Donde más se resintió la falta de personal fue en Neonatología y Terapia Intensiva. (Jesús Quintanar)
José Antonio Belmont
Ciudad de México /

Algunas mujeres sí se movieron ayer. Cientos, quizá miles, decidieron apoyar desde su trabajo, como cualquier otro día, la convocatoria que en redes sociales nombraron #UnDíaSinMujeres y #El9NadieSeMueve.

Los hospitales de Ciudad de México fueron un ejemplo de ello; una parte del personal femenino se unió al paro de este lunes, pero la mayoría se presentó a laborar a las instituciones de salud.

Como en el Hospital Pediátrico de Legaria, donde mujeres y hombres se vistieron de morado y usaron un moño de ese color para apoyar este movimiento contra la violencia de género.

“Nos han preguntado que qué hacemos aquí, que deberíamos estar en nuestras casas; sin embargo, no podemos parar, nuestra función es vital”, exclamó la doctora Angélica Martínez, directora de este hospital.

El subdirector Francisco Javier Colin contó que, en cuanto se enteró del paro, la mayoría del personal femenino se acercó a sus superiores para garantizar su presencia en el hospital e incluso ofrecerse a trabajar aunque fuera su descanso.

“Es un reconocimiento a ellas por ese profesionalismo, ese humanismo que tienen para venir. Son niños, son vidas, uno no puede parar, los enfermos no se dejan de enfermar”, destacó el doctor.

En el Hospital Pediátrico de Legaria, de la alcaldía Miguel Hidalgo, más de 60 por ciento de los 152 trabajadores son mujeres, de ese porcentaje, poco menos de la mitad se ausentó ayer.

Las áreas donde más se resintió la falta de personal femenino fue en Neonatología y Terapia intensiva, y ya ni hablar en enfermería: la plantilla es de 132 para las 24 horas, 126 son mujeres y seis son hombres. Este lunes llegaron 24 para un turno.

“Imagínate que no tuviéramos enfermeras en esos servicios, nuestros pacientes yo creo que fallecerían porque son pacientes graves y el cuidado es integral”, aseguró Lilia Reyes, jefa de Enfermeras del hospital.

“El movimiento es bueno por la violencia que existe en el país, pero el hospital no puede parar, nosotros estamos manifestando el compromiso de ser mujeres pero de una manera pasiva, no provocando más violencia, porque si no me presentara a trabajar yo violentaría los derechos de un menor”, abundó Reyes.

“Tenemos vidas a nuestro cargo, tenemos la esperanza de los padres, de las madres que también son mujeres y que tenemos que ser solidarias con esas mujeres, con esas mamás, esas niñas que están hospitalizadas”, subrayó la directora del hospital.

También es cierto que el paro se resintió en este hospital pediátrico, y debido a ello se tuvieron que tomar medidas extraordinarias para que no se afectara la atención de los menores.

“Para suplir la ausencia del personal femenino hemos tenido que pedirle a algunos de nuestros compañeros que doblen su horario de trabajo.

“Yo que habitualmente mi trabajo es de tipo de administrativo, estoy encargado de una sala de medicina interna, tengo que estar revisando pacientes, lo que habitualmente no es lo que hago”, explicó el doctor Colin.

Por ello, algunos padres de familia no quisieron dejar desapercibido el agradecimiento al personal femenino que acudió a trabajar para atender a sus niños.

“Nos han dado bendiciones. Desde la mañana nos dijeron: Dios las bendiga por estar aquí”, contó la jefa de enfermeras.

Otro caso

Marlene también trabajó. Llego casi 40 minutos antes a su trabajo, este lunes algo inusual pasó en el transporte público de la ciudad. Ella vive atrás del aeropuerto y la fonda donde trabaja está hacia el sur de la ciudad. La ausencia de mujeres fue visible hasta en el tránsito vehicular.

A sus 44 años no pudo parar porque su sueldo le permite cubrir apenas sus gastos semanales y la manutención de sus dos hijos. No ir a la fonda donde como ella hay otras tres mujeres, significa no alcanzar a cubrir sus pasajes, la renta o la comida para su familia. Marlene es madre soltera y sin su sueldo sus gastos familiares no son costeables.

Sin embargo, las propinas que se reparten entre todos los empleados se redujeron en más de la mitad, porque las mujeres de las oficinas cercanas sí pararon.

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