Organizadora de bodas "vive calvario" por la pandemia

Escasez. Paloma Herández, de PH Planner, se quedó sin ingresos ante la cancelación de eventos.

La última boda que organizó fue el 14 de febrero. Especial
Adín Castillo
Monterrey /

Para una organizadora de bodas como Paloma Hernández, haber tenido su último evento el 14 de febrero parece ser una de esas ironías de la vida que solo podrían presentarse en un contexto como el de la pandemia del covid-19.

Antes de la contingencia, la creadora de PH Planner organizaba entre 30 y 35 bodas por año. En lo que va de 2020 apenas alcanzó a realizar dos, antes de que todos los salones de eventos fueran cerrados como medida sanitaria.

El Día del Amor y la Amistad (14 de febrero) fue el escogido por una pareja para contraer matrimonio, siendo esa la última boda que la nicolaíta organizó con su empresa.

Cinco años atrás había iniciado con el negocio de organización de bodas, uno que había funcionado tan bien que en 2019 decidió arriesgar e invertir en el complemento ideal: un salón de eventos.

En tres meses de pandemia todo se vino abajo. La falta de eventos para rentar el salón y la escasez de bodas causaron que Paloma perdiera toda su inversión y que no haya tenido un solo trabajo desde aquel 14 de febrero.

La presión económica fue aliviada en un principio por el ingreso fijo que representaba el trabajo de su esposo, pero eso también se fue, pues perdió el empleo.

“Por el hecho de no tener fechas definidas para el término de esta contingencia no tengo contratos nuevos y los eventos que ya tenía agendados, que eran para abril y mayo, dos me los cancelaron y tres me los cambiaron de fecha”, contó Paloma, quien además no está segura de que las nuevas fechas, en septiembre y agosto, vayan a concretarse.

Paloma ha visto cómo en Nuevo León algunos rubros han sido reactivados paulatinamente, desde comercios hasta fábricas. Pero también ha visto cómo su área de trabajo, que depende de los salones de eventos, ha sido dejado para el último, sin un futuro claro.

Sin embargo, un negocio emergente les ha dado algo de estabilidad ante las adversidades.

“Ahorita estoy vendiendo guisos, es otra de las cosas que me gusta mucho hacer, la cocina, y ahora que he tenido tiempo, pues me puse a vender para ayudarme un poco”, concluyó.

Solamente en 2019, en Nuevo León se registraron 23 mil 357 matrimonios, mientras que en 2018 hubo 21 mil 71, de acuerdo con el Registro Civil.

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