Al advertir que 75 por ciento de los pavos en el mercado mexicano son importados y tienen hasta diez años congelados, la legisladora perredista Frida Esparza urgió a las autoridades a aplicar el nuevo etiquetado de alimentos y las normas oficiales mexicanas para clarificar las condiciones de dicho producto y evitar riesgos a la salud.
“Es necesario incluir en el etiquetado de carnes importadas, como el pavo, la fecha en que fue sacrificada y congelada el ave, a fin de que los consumidores mexicanos puedan conocer a detalle lo que están comiendo y si existen riesgos por el uso de conservadores o químicos”, puntualizó.
De acuerdo con información de los productores mexicanos de pavo, indicó Esparza, las aves importadas tienen hasta diez años congeladas, por lo que su consumo representa riesgos para la salud por el uso de químicos y conservadores.
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Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, los productores de ese país concentran 93 por ciento de las exportaciones de pavo a México, seguidos por los de Brasil y Chile, con 5 por ciento y 1.7 por ciento, respectivamente.
“Para este año se prevé que las importaciones de pavos en México sean de 165 mil toneladas métricas, en contraste con la producción mexicana de 18 mil toneladas en 2019”, subrayó la legisladora por el estado de Zacatecas.
Esparza convocó por ello a emprender una campaña de apoyo a los productores nacionales que ofrecen producto fresco y solicitó a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) difundir las ventajas y desventajas de consumir pavos congelados e importados.
Remarcó que la empresa internacional Freezerlabels, un grupo especializado en el etiquetado de alimentos refrigerados, ha señalado que la carne de pavo puede conservarse en refrigeración hasta doce meses de forma natural, por lo que es necesario conocer no solo cuáles grasas saturadas, trans o sodio pueden contener, sino también conservadores y agentes químicos utilizados.
lvm