La nueva política económica de AMLO: crecimiento, pero con democracia y bienestar

Política

El Presidente presentó el ensayo La nueva política económica en los tiempos del coronavirus en el que establece bases del Estado del bienestar. Aquí te explicamos

Esto escribió AMLO sobre la nueva política económica en tiempos del coronavirus de AMLO (Especial)
Ciudad de México /

El 15 de mayo, desde la antigua sede de la Cámara de Diputados, dentro de Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó “La nueva política económica en los tiempos del coronavirus”, un documento escrito por él, en el que muestra los elementos con los cuales se reformuló el modelo que sustituirá al neoliberalismo.

En palabras del Presidente, la pandemia de covid-19 precipitó la caída del modelo neoliberal, por lo que los efectos de la crisis derivada de esta contingencia serán peores; ante este panorama, y frente a los retos que supondrán la recuperación económica, dijo que es preciso “desechar las recetas de siempre, propuestas por organismos financieros internacionales, supuestamente orientadas a revertir las crisis recurrentes pero, que en los hechos, provocan nuevos ciclos de concentración de la riqueza, nuevas espirales de corrupción, crecimiento de la desigualdad, ensanchamiento de los abismos sociales entre lo urbano y lo rural y, a la postre, un agravamiento de los fenómenos de desigualdad, desintegración social, migración, marginación y miseria”.

Te explicamos en qué consiste "La nueva política económica" propuesta por López Obrador: 

​Adiós al modelo neoliberal; no otro Fobaproa

Desde el inicio de la contingencia, López Obrador ha sostenido firmemente que en esta ocasión, frente a la crisis económica mundial que se avecina, no habrá ni rescates de bancos ni de grandes empresas y tampoco se condonarán impuestos.

En México estamos construyendo, desde antes de la pandemia actual, y ahora con mayor intensidad, un nuevo modelo de país, con base en cinco principios fundamentales e indisolublemente relacionados entre sí: democracia, justicia, honestidad, austeridad y bienestar. La nueva política económica se ha formulado a partir de esos principios”; se puede leer en el texto que fue publicado en sus redes sociales.
1 - Democracia

Devolver el poder al pueblo.

“Consideramos que la sociedad debe participar de manera activa, no sólo en la decisión de los asuntos nacionales sino también en la administración de los recursos públicos, y gozar de libertad para ejercer en la forma que considere conveniente los recursos que se destinan a la mejoría de sus entornos inmediatos. Ello no sólo robustece la cultura democrática del país, sino que aligera al aparato gubernamental de oficinas y dependencias administrativas, reguladoras y fiscalizadoras que han hecho gala de ineficiencia, corrupción y desperdicio de recursos.
2 - Justicia

Bajo el amparo del artículo 25, será el Estado el encargado de conducir el desarrollo nacional.

“El nuevo gobierno democrático garantiza las libertades; cada quien puede dedicarse a la actividad que más le satisfaga y convenga y es libre de expresar sus puntos de vista. Pero obviamente todos tenemos que ceñirnos a la legalidad y a reglas claras; se pueden hacer negocios, pero sin influyentismo, corrupción o impunidad, el presupuesto es realmente público; se da preferencia a los pobres; se cuidan los recursos naturales; la riqueza de la nación y los frutos del trabajo de los mexicanos se distribuyen con justicia, y no se permite que los privilegios de pocos se sustenten en la opresión, la inseguridad y la miseria de millones de mexicanos”.
3 - Honestidad

Combate a la corrupción puede generar ahorros hasta por 100 mil millones de pesos.

“La corrupción no sólo se debe combatir por razones morales, sino también por la gran cantidad de recursos que se ahorran y liberan para el desarrollo y el bienestar del pueblo. En vez de conseguir líneas de crédito para endeudar al país, como era la práctica neoliberal durante los periodos de crisis, nosotros estamos optando por intensificar el combate a la corrupción. En el primer año de gobierno hemos logrado, entre otras medidas, eliminar la condonación de impuestos por influyentismo a grandes contribuyentes, reducir el robo de combustibles en 95 por ciento y establecer en la Constitución la tipificación de la corrupción como delito grave (pues no lo era), sin conceder al inculpado la posibilidad de obtener su libertad bajo fianza”.
4- Austeridad

A la pobreza franciscana.

"En apego al marco legal, el gobierno federal ha eliminado los despachos inútiles, ha concentrado funciones y tareas de las dependencias y ha reorientado los presupuestos dispersos a los programas significativos y de alto impacto social y económico. Por ejemplo, todas las compras del gobierno, que equivalen a un billón de pesos, como ya lo expresamos, hoy se hacen de manera consolidada y bajo la coordinación de la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. El año pasado, el ahorro por evitar la corrupción en la adquisición de bienes a proveedores del gobierno alcanzó la cifra de 200 mil millones de pesos".
5- Bienestar

Un nuevo factor en la ecuación del crecimiento.

"Otro elemento básico de nuestra política es desechar la obsesión tecnocrática de medirlo todo en función del mero crecimiento. Nosotros consideramos que lo fundamental no es cuantitativo sino cualitativo: la distribución equitativa del ingreso y de la riqueza. El fin último de un Estado es crear las condiciones para que la gente pueda construir su felicidad; el crecimiento económico y los incrementos en la productividad y la competitividad no tienen sentido como objetivos en sí mismos sino como medios para lograr un objetivo superior: el bienestar general de la población".
El Estado de bienestar

En “La nueva política económica en los tiempos del coronavirus”, sostiene que “nada justifica seguir con la misma política económica y continuar manteniendo el término de crecimiento a secas como parámetro básico de medición del desarrollo nacional”; en consecuencia, el Presidente busca que se deje de analizar la economía solo en función de la medición del Producto Interno Bruto (PIB).

Decimos sí al crecimiento, pero con democracia y bienestar; sí al progreso, pero con justicia porque progreso sin justicia es retroceso. En la nueva política económica, al crecimiento debe añadirse el bienestar en la más amplia extensión de la palabra”.

Para justificar este cambio, el Presidente refiere en su escrito que la prueba fehaciente del fracaso de la política neoliberal fue lo ocurrido durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari; “fue cuando más se acumuló riqueza en pocas manos y la economía creció a una tasa promedio anual de 4 por ciento, como en ningún gobierno de 1983 a la fecha; en julio de 1988 éramos el lugar 26 entre los países del mundo con más multimillonarios; en 1994 México escaló el cuarto sitio, sólo por debajo de Estados Unidos, Japón y Alemania. Sin embargo, y esa es la gran paradoja, ese fue el sexenio en el que más se incrementó la desigualdad en la historia moderna de México”.

Ante esto, el Presidente reafirmó su postura de establecer en México un Estado de bienestar en el que los pobres tengan protección ante incertidumbres económicas y desigualdades sociales.

“El Estado de bienestar igualitario y fraterno que estamos construyendo tiene como objetivo la protección de las personas a lo largo de la vida, desde la cuna hasta la tumba, haciendo realidad el derecho a la alimentación, al trabajo, la salud, la educación, la cultura, la vivienda y la seguridad social”.

AE

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