Es una mujer alta y delgada que sonríe con facilidad, y que al responder preguntas se mantiene atenta, como si con ello agitara los recuerdos; es una mujer en cuya mirada se puede distinguir el gusto por la vida, por la gente y por la charla amena. Ella es Patricia Elisa Durán Reveles (1972), alcaldesa de Naucalpan, arquitecta de profesión y maestra en Ingeniería por la Universidad Iberoamericana.
Desde joven desarrolló su gusto por bailar salsa y rumba, así como por escuchar ópera. Siempre ha contado con el apoyo incondicional de su familia, que la ha guiado para tomar decisiones adecuadas; no obstante, es consciente de que todo lo que hoy tiene mañana lo puede perder, por lo que se mantiene muy centrada y sin tirar la toalla.
¿Cuál es su relación con Naucalpan?
De enojo, de desesperación. Es de mucha tensión, la expansión del municipio lo ha cambiado muchísimo, la ciudad que conocí de niña ya no existe, solo remanentes; Naucalpan te exige todo el tiempo un ejercicio de memoria, es una ciudad que te desafía para quererla, porque objetivamente es muy complicada en la infraestructura, en el desarrollo y en oportunidades para la gente.
“Eso me molesta mucho porque antes se avanzó en mejorar las condiciones de vida de los habitantes y fuimos uno de los municipios más seguros del Estado de México y del país. No es gratis que Naucalpan fue considerada la cuna del ciudadanismo.
“Ahora la gente está abandonada, hay enojo, resentimiento; no creen en los políticos, en los gobiernos. Eso es lo que me enoja, pero soy una mujer de retos y construiré confianza; Naucalpan ha estado presente en toda mi vida, y eso se debe a que es el lugar donde nací, donde están mis primeros recuerdos; además de que lo disfruto, lo sufro intensamente.
¿En qué ciudad del mundo le gustaría vivir?
Sí tuve alternativas, pero quiero hacer las cosas difíciles para mí, y si tuviera que elegir una ciudad es Naucalpan donde quiero seguir creciendo, donde quiero volverme más sabia; París es una ciudad hermosa. También he tenido oportunidad de vivir en otros estados y países por temas laborales y educativos, pero prefiero Naucalpan.
¿Qué barbaridad ha cometido en su vida?
Soy muy disciplinada; entonces podría ser no quedarme callada a veces... pero soy una mujer muy disciplinada.
¿Qué pasajes de su vida no quiere ni puede olvidar?
No me gustaría olvidar lo que viví en la universidad, fue una etapa maravillosa, la mejor de mi vida hasta ahora. Me titulé como arquitecta en la Universidad Iberoamericana.
¿En algún momento ha pensado tirar la toalla?
Nunca. Siempre buscaba otras opciones y mirando hacia el futuro. Nunca he dejado mi vida profesional, siempre he ejercido como arquitecta, fui residente de obra durante 22 años.
He construido y diseñado, he ejercido a la par de participar en la política. Entonces no, nunca he querido tirar la toalla.
¿Cómo se define en tres palabras?
Sensible, humana y generosa. Siempre he entregado mi vida a esta carrera. En la política creo que eso habla de una gran generosidad, de querer servir. Me enfocaría en esa parte, así he dedicado la mayor parte de mi vida en el servicio desde los 12 años, cuando empecé a involucrarme, prácticamente participaba desde que ingresé a la secundaria.
¿Cómo fue su niñez?
Fue muy feliz, soy la menor de siete hermanos: cinco hombres, los mayores, y dos mujeres. Mi hermana Lilia también es mayor por seis años. Fui una niña muy querida, con mucho amor de mis padres y de mis hermanos. Algo entrañable.
¿Y cómo le va en el amor?
Pues siempre me fue bien. Soy una mujer muy querida, no tengo pareja, pero muchas veces no he tenido pareja y he sido muy querida, soy muy feliz en el amor.
¿Y por qué no tiene pareja?
Pues a qué hora. Yo creo que no hay quien me aguante. ¿Que si tengo pretendientes? Ni los conozco. No es una dinámica sencilla, sobre todo por falta de tiempo, pero me doy tiempo para mi familia y los amigos.
¿Qué comida le gusta?
La china es mi favorita, después la mexicana y la italiana. Me gusta el mole en todas sus variedades, los caldos; los consomés me fascinan y me matas con una sopa de fideos con menudencias.
¿Le gusta bailar y qué tipo de música prefiere?
Para escuchar, la música romántica mexicana; para bailar, la salsa, la cumbia. Para escuchar cuando quiero estar tranquila, me gusta la ópera, desde pequeñita la escuchaba con mi padre, quien estudió canto clásico.
¿A qué dedica su tiempo libre?
Me encanta viajar. Si tengo un día libre, me voy a Tepoztlán, Cuernavaca. Si tengo dos días, a Taxco; los destinos dependen del tiempo que me queda.