Organismo desahuciado por el próximo gobierno, ProMéxico recibe 73 dólares por cada uno que gasta en promoción del país, figura en el top ten de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en la materia y tiene entre sus medallitas del sexenio en cuanto a atracción de inversiones proyectos multianuales como los de la energética australiana Billiton, de la surcoreana Kia en Monterrey y del grupo aeroespacial francés Safran.
Por eso su director, Paulo Carreño, muy diplomático dice respetar la decisión de Andrés Manuel López Obrador de finiquitar el organismo y dejar esa labor a las embajadas, pero sugiere que se preserve el capital humano, que tiene en promedio por cada una de sus 46 oficinas, 2.6 trabajadores que entienden el idioma que corresponda y, sobre todo, el tema de los negocios.
En México hay delegaciones que dan más de 2 mil 500 asesorías al año en ferias de negocios, misiones y atención a grupos, además de tener un think tank, una inteligencia que define industrias estratégicas como agroindustria, campo, aeroespacial, automotriz, farmacéutica, creativas, tecnologías de la información y servicios financieros.
ESTRATEGIA DE TODOS
Frente a las críticas en el sentido de que solo México cuenta con un despliegue de promoción como tal y que es muy abultado, Paulo Carreño, ex ejecutivo de Banamex y la Asociación de Bancos de México, responde que 80 naciones tienen agencias similares y la nacional es una de las chicas, pues por ejemplo Chile cuenta con 56 oficinas en el exterior e Italia 50, además de que ProMéxico se perfila para aprobar el estudio de la OCDE en rendición de cuentas a partir de una estructura estilo empresa privada: un consejo de administración, cuatro reuniones trimestrales cada año para evaluar objetivos y medir qué tan efectivo es.
¿Qué tanto trabaja el organismo con las embajadas o dónde está la diferencia?
Hoy el consejero comercial tiene una función de promoción del país con otro país, sus pares son representantes comerciales, y ProMéxico tiene una interlocución directa con el sector privado.
“Hay un trabajo de enorme coordinación con el área de negocios de las embajadas, pero la diplomacia mexicana hace un trabajo completo de promoción de los intereses políticos, por eso agradece la asistencia de un consejero nuestro”.
NORTEAMÉRICA, PRIORIDAD
Carreño considera que es difícil decir cuál es la oficina estrella del organismo, porque finalmente todo va dentro de una gran estrategia de diversificación, con los mercados de Norteamérica destacando, de donde ha venido más de 60 por ciento de la inversión extranjera directa en los últimos 10 años.
¿Qué dices al próximo gobierno sobre por qué no tocar ProMéxico?
Ellos no necesitan un consejo y tienen información y variables. Pero platicaba con un amigo que es un poco como el juego de Monopolis o el Turista en México. En efecto, si tú vendes tus propiedades tienes más liquidez, pero ya no tienes posibilidades de conseguir más liquidez, ese es el dilema.
¿Te has reunido con Bruno Ferrari, ex secretario de Comercio, que fue el creador de ProMéxico y curiosamente es del círculo de Alfonso Romo, próximo jefe de la Oficina de la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador?
Tuve el gusto de platicar con él y de invitarlo cuando fue el décimo aniversario, hace justo un año. Fue muy cálido, como siempre es un gusto hablar con él, tiene una visión de negocios importante que hay que tomar en cuenta y él, como mis tres antecesores, deben sentirse satisfechos de lo que se ha logrado en el exterior.
ProMéxico recibe 73 dólares por cada uno que se invierte
En México hay delegaciones que dan más de 2 mil 500 asesorías al año en ferias de negocios, misiones y atención a grupos.
México /
LAS MÁS VISTAS