El cierre y apertura de calles es intermitente frente a las instalaciones del Centro de Mando de la Policía Federal, lo que produce caos vial en los alrededores. Son los estertores de una corporación que ya desapareció por decreto, pero varios de ellos, acompañados de familiares, participan en brotes de inconformidad.
En Periférico oriente cuelgan mantas de un puente que resumen las peticiones generalizadas: “Justicia a los derechos humanos, respeto a la antigüedad, respeto a las prestaciones. Sí no nos quieres, indemnízanos, no nos quites lo que por ley nos corresponde”.
Muchos tienen licenciaturas, diplomados en otros países y México, comenta Moisés Hernández, integrante de la corporación, que camina junto a dos sus compañeras, quienes confirman lo que su compañero dice.
“Si nos hubieran avisado con anterioridad, nosotros hubiéramos tomado una opción y no haber llegado a este punto”, dice Hernández, “porque dada la situación de que se nos informa, pues muchos pagamos una hipoteca en un estado diferente al que nos vamos a ir a vivir”.
El sol pega en los rostros de agentes, la mayoría de tez morena, quienes se agolpan en la entrada del llamado Edificio de Cristal del Centro de Mando, en el número 85 de Anillo Periférico, donde el bloqueo vehicular es intermitente.
Las personas que colocan barricadas, la mayoría mujeres, son familiares de los agentes que protestan. Están preocupadas porque les quitarán el bono quincenal que ya comprometieron para el pago de viviendas y liquidar otras deudas. En la zona se forma un caos vial. Dicen que solo así les harán caso.
Frente al Edificio de Cristal, por donde se filtra la luz solar e ilumina un gran escudo de la corporación, los agentes se arremolinan cada vez que discuten con sus representantes las propuestas que presentarán ante el representante del gobierno federal.
Los negociadores se encierran en una oficina cuya puerta es custodiada por agentes; afinan propuestas en un estira y afloja. Afuera, algunos agentes aguardan en espera de que salga su vocero a plantearles lo negociado. Son asesorados por abogados. Otros, dispersos en las instalaciones, se aproximarán en cuanto les avisen que hay respuestas.
Un puño nervudo se alza.
“Ellos ya hicieron sus propuestas, ahora faltan las de nosotros”, comenta uno de los agentes frente a uno de sus compañeros negociadores. “Queremos indemnización”, dice una de las agentes, que mira a sus compañeros discutir. “Y que les den una plaza”.
Su compañera la apoya con un gesto decidido. Porque aquí la resistencia también las ha puesto en alerta a ellas. “Nosotros no nos estamos yendo, ellos nos están corriendo”, dice otra policía. “Serían 7 mil pesos por año”.
En las paredes, policías pegan letreros: “Este movimiento es 100% pacífico. No hay interés político ni mano negra. Lo único malo son tus falsas promesas”.
“¡Señor presidente, si no le sirve la Policía Federal, indemnícela!”, “El Presidente no está solo: legisladores, senadores y diputados son su 'cartel' (Morena)”.
“Diferencias entre AMLO y EPN, NINGUNA; AMLO, aeropuerto Santa Lucía, Tren Maya y Guardia Nacional; EPN: Aeropuerto Texcoco, Tren interurbano Toluca, Gendarmería”.
“Se repite la historia: la extinción de P.J.F, A.F.I Y ahora la policía federal”. “Mandos civiles, operatividad o viáticos”. “25 días de de trabajo por 5 de descanso. Seguir con el reglamento de la Policía Federal”.
Sobre Periférico Oriente, ya despejado, familiares de los agentes esperan entrar en acción para instalar las barricadas. Continúa la mesa de diálogo. Hay un acuerdo preliminar.