A Sergio Mayer Bretón (Ciudad de México, 1966) le gusta definirse como un hijo amoroso, un padre comprometido, deportista y, sobre todo, adicto al trabajo. La Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados, la cual preside, lo absorbe tanto que hay días en los que se le olvida comer.
El actor, empresario y político se caracteriza por ser tenaz y lograr todos sus objetivos; confiesa que si no hubiera sido actor o representante de la 4T le hubiera gustado ser un deportista profesional. Tampoco se arrepiente de nada, pues sus fracasos, tropiezos y errores lo han llevado a estar donde está.
Su trayectoria es variada, ¿qué es lo que más le ha gustado?
He disfrutado todas mis etapas, como productor, conductor, actor de teatro, de cine y de televisión; decidí meterme a la política no por un tema de ocurrencia o de popularidad, sino por hacer algo por mi país.
¿Cómo es en el chip de político?
No es que digas: “Voy a ser político; ahora me pongo en modo político”. Más bien la política es un medio para conseguir las cosas, como tú que ahora me entrevistas. Yo digo que no soy político, sino un ciudadano haciendo política.
¿Cómo se distrae de las labores de diputado?
Con mis hijas y mi esposa, quienes son lo más importante. Cuando estoy con ellas trato de disfrutar cada momento, cada espacio; divertirme con ellas, tratar de viajar, hacer cosas juntos. Me gusta mucho el deporte y trato de estar entretenido con esos temas, pero soy workaholic, entonces todo el tiempo estoy pensando en el trabajo.
¿Qué música escucha?
Antes escuchaba mucha, cuando estaba joven, pero hoy en día escucho más noticieros. La música que escucho es la que quieren escuchar mis hijas, son ellas las que me marcan el ritmo, aunque a veces hay alguna que no entiendo, pero soy amante de grupos como The Eagles, Supertramp, Abba… de esas épocas, 70 y 80.
¿Su película favorita?
La trilogía de El padrino; soy amante del escritor Mario Puzo, del tema de la mafia italiana; me parece una de las mejores películas hechas en la historia de la cinematografía.
¿Cocina?
Nada, o sea no solamente no cocino, tampoco soy de ir a restaurantes ni de disfrutar una buena comida. Como siempre ando activo hay días que se me olvida comer. Si hubiera una pastilla que me pudiera tomar para evitar comer, la tomaría, porque siento que pierdo mucho tiempo sentándome para alimentarme, me siento inactivo, tal vez pueda llegar en la noche, comerme un plátano con leche y un pan tostado, pero no soy de ponerme a cocinar.
Si tuviera que elegir un platillo, ¿cuál sería?
Quizá un buen molito, pero no soy de tener algo exclusivo.
También es activista…
Así es, defiendo el medio ambiente, los derechos de los animales y de todas las personas que en este país son vulnerables, como niños, adultos mayores y personas con capacidades diferentes.
¿Cuántas mascotas tiene?
Tengo tres perritos que hemos recuperado de la calle, pero hemos recuperados muchísimos, mi suegra y mi cuñada tienen la fundación Defensoría Animal, es un rancho donde hemos llevado burros, caballos, perros, cerdos… todo lo que te puedas imaginar. Mis hijas son parte de este proyecto.
¿Qué le hubiera gustado ser más allá de la farándula y de la política?
Quizá ser deportista profesional, porque hago mucho deporte y soy muy competitivo, pero con todo lo que he hecho me siento contento, no me arrepiento de nada ni de mis fracasos ni de mis tropiezos ni de mis errores; eso me ha llevado a estar donde estoy.
¿Qué le parecen las redes sociales?
Es un tema que se va a tener que legislar, estoy a favor de la libertad de expresión, pero se han utilizado de una manera errónea en el momento en que molestan o amenazan, eso ha ocasionado tragedias; hay que tener responsabilidad con lo que subimos y comentamos.
¿Y los memes?
Me encantan, los disfruto mucho, somos muy creativos, especialmente los que me hacen los disfruto mucho, me río de ellos, los voy guardando.
Ya en confianza, ¿sigue practicando los bailes de Solo para mujeres en la intimidad?
Como lo acabas de decir, eso es muy personal, pero ya no me da tanto tiempo, ni tengo la edad ni el cuerpo. En la privacidad cada quien sabe lo que hace con su pareja.