A 100 días de su llegada al Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la primera científica en llevar las riendas de la capital, se ha caracterizado por mantener un perfil discreto e incluso se ha visto opacada por la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador, consideran analistas políticos.
Pero esa discreción, aseguran politólogos consultados por MILENIO, le ha beneficiado para comenzar a construir una agenda propia de cambios que la desmarcan del tabasqueño: una agenda de innovación, de incorporación de nuevos procedimientos y en general de una reorganización del Gobierno de la Ciudad.
Para Khemvirg Puente Martínez, coordinador del Centro de Estudios de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Sheinbaum ha logrado darle personalidad propia a su gobierno al atender, mediante políticas públicas específicas, a sectores que el gobierno federal ha “despreciado”, como el educativo, la cultura y las ciencias, a los que el Presidente ha golpeado con recortes presupuestales.
La digitalización de trámites y en general el uso de tecnologías para la toma de decisiones, afirmó, también son ejemplos que marcan una diferencia con la política que está siguiendo López Obrador.
“Es una de las grandes diferencias que está marcando Sheinbaum y no podría ser distinto viniendo de una científica como ella. No es gratuito que en sus eventos tenga la compañía del rector de la UNAM, el director del Politécnico o la presidenta del Colegio de México. Todos ellos la arropan para que la investigación pueda ayudar a resolver los problemas de la ciudad y ellos están dispuestos a colaborar.
“Mientras que a escala federal pareciera que la política de ciencia y tecnología es excluir lo más posible a todos los centros de investigación”, indicó Puente.
Gerson Hernández, consultor político, destacó que la jefa de Gobierno ha sabido decirle “no” al Presidente en temas como la construcción del proyecto inmobiliario en el Campo Militar 1F en Santa Fe, a la operación de la Guardia Nacional en Ciudad de México e incluso ha reforzado y dado gratuidad a las estancias infantiles en la capital, en contraste con la política federal.
Sin embargo, considera que uno de sus mayores retos será continuar con las políticas progresistas de Ciudad de México, como el aborto y los matrimonios del mismo sexo, ante el rechazo que ha manifestado el propio Presidente.
Pero lo que toca a la jefa de Gobierno es mantener un acto de equilibrio. “Es complicado desmarcarse de las decisiones del Presidente y estar tan cerca de él puede llegar a perjudicarle. Claramente López Obrador no está a favor de esos temas, así que Claudia Sheinbaum está entre la espada y la pared”, consideró Hernández.
Los especialistas coinciden en que, hasta hoy, mantener un bajo perfil ha beneficiado a la mandataria capitalina. Sin embargo, Hernández precisó que es un fenómeno que no durará para siempre, ya que será necesario que Sheinbaum comience a posicionar mensajes que retumben en la opinión pública, particularmente en los temas de seguridad pública, con los índices más altos de homicidios registrados en los últimos seis años en la ciudad.
“Es un tema que le puede costar muy caro. Sheinbaum tiene que demostrar que ganó la Jefatura de Gobierno por méritos propios y no porque la puso en la boleta el presidente López Obrador. Es tiempo de dejar de tomar como piñata los errores del gobierno anterior en temas de seguridad o corrupción. Ese es un recurso que pronto se le va a acabar”, agregó.
Hacia adelante, pasado el corto tramo de los 100 días de gobierno, ambos especialistas prevén un escenario en el que muchos grupos políticos, especialmente al interior de Morena, buscarán minar la legitimidad y popularidad de la mandataria, quien tendrá que lidiar con los frentes internos o el llamado “fuego amigo” de personajes que podrían verla como la principal amenaza de sus proyectos políticos.