En las cámaras ha habido buenos tribunos y oradores, pero los legisladores no se caracterizan por tener una buena lectura en el pleno. No es el caso de la ecologista Verónica Camino Farjat, que con un lápiz en la boca a sus tres años aprendió en su natal Tizimín, Yucatán, a leer rápido y con buena dicción.
Hoy en día es la secretaria de la Mesa Directiva del Senado favorita cuando hay que leer documentos complicados, según presume ella misma.
La legisladora yucateca también pasa horas en la computadora y no precisamente para enterarse de asuntos de política. Se confiesa amante de los videojuegos en línea, que le generan disciplina, le permiten conocer a otras personas en el mundo y la distraen de las tareas diarias en el Congreso.
¿Cómo es que lee tan rápido y bien?
Yo crecí en Tizimín, Yucatán, soy yucateca. Soy del oriente del estado y ahí fui a una escuela muy buena; bueno desde chiquita fui a colegios muy buenos donde aprendí a leer desde los tres años más o menos, porque iba a una que se llama Tierra y Libertad con mi tía Mirty, quien siempre estaba muy pendiente de mí y me llevó a la primaria desde antes de tiempo y ella me enseñó.
Camino Farjat recuerda que luego la llevaron al Colegio Teresiano “y luego fui a un plantel de excelencia que era el Instituto México. Ahí tuve una maestra muy buena que se llamaba María Antonia Andrade, le decíamos la señorita Tony; sin duda era la mejor profesora de español que tenía ese plantel, pues ella hacía que nos pusiéramos un lápiz en la boca para leer y tener buena dicción, para vocalizar de manera correcta.
Además, la ex directora de Prevención del Delito en Yucatán también hizo ejercicios de escritura en ese colegio, donde llenaba libretas y libretas de óvalos para tener buena caligrafía.
Así que entre sonrisas, presume que cuando se trata de leer textos complicados, sus compañeros legisladores le piden que lo haga ella.
Usted se equivoca muy poco o nada en la Mesa…
Trato y además es un ejercicio. He estado bastante tiempo en el tema legislativo; ya voy por el cuarto, más bien del quinto año. Primero fui diputada local y ahora estoy aquí; entonces es una lectura que hago de manera constante…
“No pasé por la diputación federal, que es el paso natural, tuve oportunidad de ser senadora y tengo que aprovecharlo; también en el Congreso local decían: que se quede Verónica, que lea porque nos ahorra muchísimo el tiempo y entonces de ahí nace esta situación”.
¿Tiene otras aficiones?
Me gusta mucho escuchar música, soy audiófila y melómana. Me gusta mucho la música y me encanta escucharla con la mejor calidad posible.
¿La trova yucateca?
Bueno, esa es de por sí. Si me dicen cantar también puedo cantar, de todo.
Y luego confiesa que su gusto son los videojuegos.
“Mi otro pasatiempo importante es que me gusta jugar juegos en línea. Me gustan las consolas y las PC; ahorita juego más en la PC porque es lo que tengo más a la mano, pero antes cuando tenía tiempo, tres o cuatro años antes de ser diputada me conectaba seis o 10 horas en la semana”.
Dice que con el trabajo ahora solo puede conectarse dos horas y le gusta el juego de Warcraft.
“Y me pueden decir ¿qué aprendiste jugando? La verdad es que conoces amigos de otras partes del mundo, estableces comunicación, aprendes sobre sus costumbres, les preguntas sobre lo que pasa en otros países y te genera disciplina porque cada uno tiene una función y nos respetamos los unos a los otros”.
Durante la entrevista, Camino Farjat sonríe todo el tiempo y cuando se le pregunta por qué parece tan feliz, la yucateca que no cocina comida de su tierra en Ciudad de México porque no encuentra aquí los ingredientes originales ni tiene la vieja olla de la familia, puntualiza:
“Trato de serlo porque a la ciudadanía hay que comunicarle lo mejor. Así como tenemos que comunicar cosas difíciles y tomar decisiones complicadas yo creo que lo mejor es siempre decirlo”.