Un grupo de arqueólogos y antropólogos acudió a la casa de transición de Andrés Manuel López Obrador, en la colonia Roma, para exigir mejores condiciones laborales y de paso, protestar contra de Diego Prieto al frente del INAH que anunció la próxima secretaria de Cultura de Andrés Manuel López Obrador, Alejandra Frausto.
“Los arqueólogos no tenemos seguro, nos están mandando al capítulo 3000 que es pues pago, sin derecho a aguinaldo; estamos peor que en una empresa privada. No tenemos derecho a nada. A los compañeros los mandan a campo y no tienen siquiera seguridad social. No tienen seguro su salario.
“Diego Prieto ha dejado al instituto en las condiciones en las que hoy estamos; creció en el capítulo 3000 que es parte del pisoteo a nosotros”, dijo uno de los asistentes.
La semana pasada, Alejandra Frausto anunció nombramientos al interior de la dependencia, entre ellos a la escritora Laura Esquivel como subsecretaria de Diversidad Cultural y la continuidad del antropólogo Diego Prieto como director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El arqueólogo Juan José Guerrero, quien habló a nombre del grupo, dijo que se les contrata por periodos de seis meses con sueldos que van de 4 mil a 10 pesos y sin ningún tipo de protección bajo el argumento de que no hay presupuesto.
“Han habido situaciones de pequeños secuestros y extorsiones cuando estamos en campo de ¿por qué estás aquí, quién eres, por qué estás trabajando en mi territorio? Varios compañeros han enfrentado eso y tenemos testimonios; no es la intención ahorita de exponerlos, el abogado junto con el sindicato están generando un expediente.
“En todas las zonas, cada zona del país tiene su grado de peligrosidad, inclusive trabajar en la Ciudad de México con equipo es peligroso, pero más Veracruz, Tamaulipas, el Estado de México, Chiapas, Guerrero, el norte de México”, dijo.
Los trabajadores entregaron un documento en la casa de transición para pedir que los ayuden a regularizar su situación una vez que comience la nueva administración.
“Cuando nosotros estamos contratados por el Instituto Nacional de Antropología somos representantes del instituto, pero si nos contratan terceros somos prestadores de servicio de empresas privadas y cuando tenemos que hacer un acto de autoridad como suspender una obra, requisar material arqueológico que alguien está trasladando de manera ilegal, no somos nadie.
" Aunque el INAH nos esté pagando no nos reconoce y esa situación es de riesgo porque nos deja sin ninguna defensa, ni legal, ni física, ni médica”, destacó el arqueólogo.