Por encima de la protección y garantía de las comunidades indígenas de la península de Yucatán y el medio ambiente, el Tren Maya ha beneficiado por casi 67 mil millones de pesos a las empresas ICA Constructora, Operadora CICSA, Consorcio LAMAT Tramo 1, Azvindi Ferroviario, Mextypsa con 150 contratos para la planeación, preparación, construcción, manejo de comunidades y difusión del proyecto entre 2019 y 2020, de los cuales el 70 por ciento fueron por adjudicación directa y solo 5.3% por licitación pública, reveló una investigación de la organización PODER.
“El negocio del Tren Maya” revela que de los 150 contratos firmados en los últimos dos años, 105 contratos –el 70 por ciento– fueron dados en adjudicación directa; 23 contratos –15.33%– por invitación a cuando menos tres empresas; 14 –9.33%– son contratos entre entes públicos y sólo 8 contratos –5.33%– fueron licitación pública, indica la organización con información de Compranet recogida en la plataforma QuiénEsQuién.wiki.
La investigación detalla que las principales empresas son ICA Constructora S.A. de C.V, de Bernardo Quintana Isaac, con un contrato por 25 mil 849 millones 460 mil 178 pesos, se trata de una de las mayores contratistas del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.
Otra es la Operadora CICSA, S.A. de C.V., de Grupo Carso, propiedad de Carlos Slim, junto con la española FCC Construcción, de la que también Carlos Slim es accionista, que fue beneficiada con un contrato por 15 mil 994 millones 602 mil 16 pesos.
PODER destacó que el Consorcio LAMAT Tramo 1 S.A.P.I. de C.V. fue beneficiada por 13 mil 394 millones 942 mil 290 pesos; fue creado por Mota-Engil junto con una de las mayores constructoras asiáticas, China Communications Construction Com-pany LTD.
Además, Azvindi Ferroviario, S.A. de C.V. obtuvo un contrato por 8 mil 787 millones 016 mil 116 pesos; fue creado por GAMI de Grupo Indi, de Manuel G. Muñozcano, y Grupo Azvi, S.L. y su filial Construcciones Urales, S.A. de C.V.
La organización destacó que la empresa Mextypsa, S.A. de C.V. obtuvo dos contratos por un total de 632 millones 921 mil 849.20 pesos, para proveer el servicio de Oficina de Gestión del Proyecto Tren Maya y para la “Asesoría Técnica del Tren Maya para la Estructuración del Proyecto Integral, la Contratación de la Ingeniería Básica y la Supervisión Técnica de dicha Ingeniería Básica”.
La investigación destaca que por la manera en que ha sido diseñado el proyecto del Tren Maya indica que la infraestructura se pondrá al servicio de la inversión privada por sobre la protección y garantía de los derechos humanos de los pueblos indígenas y el medio ambiente.
Empresas participantes implicadas en casos de corrupción
PODER destaca que el 70 por ciento de los ingresos del Tren Maya será por transporte de carga, especialmente de combustibles.
“El Tren Maya forma parte de la infraestructura básica para la industria energética en el sureste. Un tercio del transporte de carga del tren se destinará al transporte de combustibles fósiles. Existen 75 proyectos extractivos en el sureste mexicano que se beneficiarían con el Tren Maya porque abarata costos de movilidad, logística y transporte de personas y materia prima”, indica la investigación.
De tal forma, la investigación indica que otras beneficiadas serán las empresas que invierten en los proyectos de energía en el sureste mexicano, como Blackrock Inc, que participa como inversionista en 12 proyectos energéticos de la península de Yucatán y además tiene relación con Pemex, el 1.32% de las acciones de China Communications Construction Company, Ltd., empresa que ganó la licitación del Tramo 1 del Tren Maya, y poco más del 1% de las acciones de Grupo Carso.
“Algunas de las empresas beneficiadas han participado o han sido implicadas en casos de corrupción, fraude, opacidad y/o irregularidades, como China Communications Cons-truction Company, Ltd., por actos fraudulentos en Filipinas; la española FCC Construcción S.A., relacionada con actos de corrupción de Odebrecht en Panamá, o la misma Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), probable constructora de los tramos 6 y 7, señalada por sobreprecios e inconsistencias en su contrato para realizar la barda perimetral del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México”.
Comunidades no recibieron información de impactos negativos
En materia de derechos humanos, el estudio advierte que las comunidades no pudieron participar en el diseño del protocolo de consulta; durante la fase informativa no recibieron información de los impactos negativos que tendría el proyecto, y en la fase deliberativa no se dio oportunidad a las comunidades de oponerse, por lo que quedó trunca la posibilidad real de que estas otorguen su consentimiento libre, previo e informado.
En materia ambiental, destaca que la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), actualmente en evaluación por parte de la Semarnat, cubre solamente los primeros tres tramos de un total de siete que contempla la totalidad de la vía y aplica sólo en aquellos segmentos que se modificarán en la vía previamente construida. Los restantes cuatro tramos no cuentan con una MIA.
“Hasta la fecha no se conocen los impactos reales que tendrá en el medio ambiente la construcción de la vía”.
Además, la MIA no incluyó todos los impactos del proyecto en el derecho humano al agua, ya que hasta el momento no se ha dado a conocer la cantidad exacta de agua que usará el Tren Maya durante su etapa de construcción y funcionamiento. Las medidas para evitar filtraciones de residuos peligrosos después de la etapa de construcción tampoco son públicas; los impactos derivados en las 85 cuencas por las que pasaría el tren en su primera fase no aparecen en dicho documento. Tampoco existe información clara sobre el impacto del proyecto en la biodiversidad de la región.
JLMR