Desarrollo socioemocional, reto para la SEP y maestros en la era del coronavirus

En México hay más de 200 mil escuelas de educación básica y sólo 4 mil 600 cuentan con personal especializado para atender el desarrollo emocional y en su mayoría están ubicadas en entornos urbanos.

Al frente Raymundo Gómez Ortiz, originario de Jalisco, tiene 15 años e ingresará a la preparatoria de la Universidad de Guadalajara. (Especial)
Alma Paola Wong
Ciudad de México /

Pese a que la Secretaría de Educación Pública (SEP) impulsa las habilidades socioemocionales en el logro educativo, en nuestro país sólo existen poco más de 4 mil 600 Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER), las cuales brindan asesoría técnica pedagógica especializada tanto a docentes, padres de familia y estudiantes con discapacidad, rezago escolar, aptitudes sobresalientes y problemas socioafectivos.

Además, mientras que en México hay más de 200 mil escuelas de educación básica, sólo estas 4 mil 600 Unidades cuentan por personal especializado para atender el desarrollo emocional y en su mayoría están ubicadas en entornos urbanos, advirtió Laura Ramírez, directora de activación de Mexicanos Primero.

Esto, indicó, evidencia la necesidad de generar una estrategia de acompañamiento de docentes más efectiva para la capacitación en educación socioemocional, sobre todo en este periodo de pandemia donde los niños, niñas y jóvenes han experimentado todo tipo de sentimientos y vivencias como consecuencia del confinamiento.

“Esta pandemia va a seguir trayendo consecuencias emocionales para los estudiantes. Entonces sí bien ahora se le ha puesto más atención a las habilidades socioemocionales, falta un acompañamiento más esquematizado para los maestros para además de su labor didáctica puedan detectar los cambios de comportamiento. El maestro no es experto en tratar casos graves entonces se necesita el apoyo de las USAER.
“Lo ideal sería tener una unidad por cada supervisión escolar y en el país hay 15 mil supervisiones”, consideró.

Aunque la labor de las USAER son relevantes, tampoco están del todo integradas, ya que según un estudio del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), una proporción importante de las Unidades no tiene personal suficiente para cumplir su función, ya que sólo 45 por ciento de ellas tiene un equipo de apoyo completo: psicólogo, trabajador social y maestro de comunicación.

La especialista en educación recordó que la escuela no sólo es un espacio donde se va a aprender a multiplicar, sino también es un lugar para encontrar cobijo o escape de situaciones familiares complicadas, las cuales en contexto de la emergencia sanitaria se han agravado.

Advirtió que existen estimaciones de aumento entre el 20 y 50 por ciento de la violencia intrafamiliar, que involucra tanto a mujeres como a niños.

“Según cifras oficiales, en lo que va del año, 22 menores de 15 años han asesinados por algún familiar. No hay suficiente información sobre la violencia hacia los menores, porque el niño entre más pequeño es, es más difícil que pueda denunciar si sufre violencia o que el mismo niño detecte el abuso, o que logre tener acceso a un teléfono. La violencia infantil se queda en el ámbito privado”, lamentó.

Ramírez insistió que el gobierno federal debe poner atención en el desarrollo de las habilidades socioemocionales y en el manejo del estrés de los educandos en un periodo de emergencia sanitaria.

“Hemos hablado con estudiantes y nos refieren sentimientos de tristeza, frustración, enojo, incertidumbre y ansiedad, las cuales no son emociones triviales, pues muchos de ellos, por ejemplo, cambiaron de nivel escolar y ya no pudieron despedirse personalmente de sus amigos, no celebraron sus graduaciones y empezarán otra educación con maestros y compañeros que nunca han visto”, comentó.

Las habilidades socioemocionales benefician el desarrollo personal y social de los individuos e impactan en la mejora de aptitudes de lectura, matemáticas y ciencias, detalló.

Implican autoconsciencia, consciencia social, autogestión, aptitudes para las relaciones sociales y toma responsable de decisiones.

Para ello propuso una serie de aspectos a considerar para alcanzar una adecuada atención socioemocional: información clara y pertinente sobre los cambios escolares (docentes, asignaturas, métodos de enseñanza); acompañamiento socioemocional, que la institución educativa destine un profesional para la atención de emociones; pruebas diagnósticas oportunas para saber los avances o rezagos en el aprendizaje y que ellos mismos sepan su situación; y espacios de relación con sus pares donde los docentes organicen espacios de convivencia entre los alumnos de manera digital no sólo para abordar temas educativos, sino de intercambio de impresiones.

Con sentimientos encontrados

Raymundo Gómez Ortiz, originario de Jalisco, tiene 15 años e ingresará a la preparatoria de la Universidad de Guadalajara, pero experimenta una gran incertidumbre pues no sabe si le asignarán un lugar preferente en esta institución, después de que le informaron que ya no habría examen de ingreso y sólo sería por promedio.

En medio de la pandemia se ha sentido raro, pero asegura que poco a poco se ha acostumbrado al confinamiento y a convivir con sus amigos por videollamada. Una nostalgia le invade cuando recuerda cómo sus planes de graduación se frustraron por la pandemia. El joven estudiante forma parte del grupo escolar de mariachi “Asbaje”, y ellos serían los encargados de amenizar la graduación.

“Ya estábamos preparando el repertorio de la graduación, pero pues fue un corte en seco, ni me pude despedir de mis compañeros porque cuando dejamos de ir a la escuela no sabíamos que ya no íbamos a volver, son sentimientos encontrados.
“Y ahora entrar a una escuela totalmente desconocida, no nos vamos a ver cara a cara ni el primer día, todo va a ser por videollamadas, eso me parece frustrante”, relató.

En el caso de Dianela Rosado, estudiante de 14 años de Uxmal, Yucatán, el tránsito de secundaria a bachillerato parece que ha sido más terso gracias a la ayuda de su familia, no obstante, también ha tenido un choque de emociones por las condiciones impuestas por la pandemia.

La estudiante de la Prepa Anáhuac sabe que cuenta con la asesoría de expertos en materia emocional, quienes le acompañarán en este periodo de cambios no sólo de nivel escolar, sino por la emergencia sanitaria.

“Las emociones no han sido fáciles, hemos llorado, gritado, hemos hecho de todo para sacar, pero siempre hace falta esa comunicación, de ver a los amigos, ver a la familia, pero son cosas que por estas circunstancias no se ha podido”, relató Claudia Balam, su madre.

ledz

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