Desde hace varios años surgieron alternativas para el tabaco, pero la Ley General para el Control de Tabaco en el país, vigente desde 2008, no ha sido actualizada significativamente.
Y es que, el marco normativo actual, no regula adecuadamente estas alternativas, que incluye productos como cigarros electrónicos, productos alternativos de nicotina y los llamados vapeadores, que se encuentran en una situación legal ambigua: en 2020, fueron prohibidos a través de una reforma a la Ley de Impuestos Generales de Importación y de Exportación.
Sin embargo, un año después, la Suprema Corte declaró parcialmente inconstitucional dicha modificación. No obstante, en febrero de este año, el entonces Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presentó una iniciativa para prohibir la venta de vapeadores a nivel constitucional junto con la prohibición del fentanilo, como si se trataran de lo mismo.
Cárteles, dueños de la venta de vapeadores
Esta situación provocó la incursión del crimen organizado en la comercialización y expansión del mercado negro de vapeadores en el país, ofreciendo “alternativas mucho más baratas: cuando tú le regalas una bolsa del tamaño que son los vapeadores al crimen organizado, lo que haces es que lo estás empoderando, pues estima que el mercado negro genera alrededor de cinco mil millones de pesos anuales”, afirma el especialista en crimen organizado y seguridad pública, Óscar Balmen, en entrevista con MILENIO.
“El crimen organizado es una empresa y como todo empresa el dinero es su motor de crecimiento: se va de compras a Asia, trae toda la piratería que necesita para vender, ya sea porque son suministros que siempre están abiertos, como la ropa, o por temporadas, como pueden ser, por ejemplo, los juguetes en Navidad o Día de las Madres, se traen los vapeadores, y con ese dinero que generan, que es muchísimo, estamos hablando de cinco mil millones de pesos anuales, por lo menos, pues tienen la capacidad de financiar armas, más grupos criminales y más robo de vehículos para ejecutar todas las guerras que tienen en el territorio”, afirma el ganador del Premio Periodismo Judicial y el Premio Género y Justicia.
Óscar Balmen considera que actualmente el mercado negro de los vapeadores en México está controlado por los Chapitos, Cártel Jalisco Nueva Generación y Unión Tepito, “el crimen organizado se ha dado cuenta que es un producto que tiene mucha popularidad en redes sociales, y sobre todo con adolescentes, que no les gusta el tabaco porque huele mal, porque les apesta la ropa, porque ya no es tan cool fumar, por eso prefieren un vapeador”.
Mayor daño a la salud de los jóvenes
Sin embargo, las alternativas que ofrece el crimen organizado “accesible y sin control”, se traen de oriente “y traídos de manera ilícita por las propias rutas de contrabando; se manufacturan en fábricas que no son supervisadas y utilizan sustancias nocivas para la salud, como plomo y mercurio, altamente cancerígenos, pero justo por toda esta falta de regulación y porque utilizan los ingredientes que el crimen organizado tiene a la mano, pues son productos muy baratos y dañinos para la salud”, advierte el periodista.
En este sentido, la doctora Guadalupe Ponciano Rodríguez, vicepresidenta de la Comisión de Prevención y Educación del Consejo Mexicano Contra el Tabaquismo, “estas marcas de Asia, marcas patito, que tienen un costo de 80, 100 pesos, no sabemos qué diablos contienen, pero también son un medio para combinar otras drogas, por ejemplo aceite de cannabis o metanfetaminas, todo lo que encuentres que pueda ser droga líquida, le ponen gotitas, que causan mucho a la salud”, advierte la especialista.
Durante la entrevista con MILENIO, la también catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), detalla que en el caso del aceite de cannabis, que es lo más frecuente que utilizan los jóvenes, “es terrible porque el aparato respiratorio no tiene los mecanismos de defensa para poder manejar adecuadamente las pequeñas gotas de grasa: nunca hemos respirado grasa. Ellos (los jóvenes) no se dan cuenta, inhalan esto y se puede provocar lo que se llama una neumonía grasa, es decir, hay una inflamación muy importante de las vías respiratorias, hay una gran cantidad de células que se llaman macrófagos, que son las que van a los lugares donde hay esta inflamación para comerse, por así decirlo, a las partículas que la están dañando. Se comen las partículas, pero como son partículas de grasa, se mueren y entonces hacen todavía más grave el problema”, indica.
Tanto la doctora Guadalupe Ponciano Rodríguez y Óscar Balmen consideran que la regulación de los vapeadores podría detener el mercado negro.
“Lo ideal sería, en este momento, hacer un buen estudio en el país de qué es lo que sí se permitiría de manera temporal comercializar. Y, de manera paralela, empezar el proceso de regulación, a través de una norma oficial mexicana, sobre las características deben de tener el contenido de los vapeadores”, indica la Doctora en Investigación en Medicina por el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Para el periodista Óscar Balmen, “prohibir por decreto no es la solución”, por lo que es necesario “aplicar lo mismo que sabemos aplicar y que aplicamos exitosamente en México, por ejemplo, con el tabaco o con el alcohol. Que solamente lleguen productos que estén supervisados por una agencia sanitaria como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). De esta manera también se impide que el crimen organizado siga obteniendo millones de pesos”.
RRR