Víctimas exponen sus historias de violencia de Estado en CCU Tlatelolco

Dalila Torres fue subida a una camioneta y agredida físicamente, para después verse casi obligada a firmar su culpabilidad tras ser amenazada, tuvo que declararse culpable de crímenes y fue presentada como parte de un grupo criminal.

Georgina Cantú narró la historia de su hermana, quien desde el 2012 permanece detenida al ser acusada de secuestro. (Especial)
Azucena Rangel
Ciudad de México /

El Centro Cultural Universitario Tlatelolco organizó un conversatorio en el cual, mujeres y familiares de víctimas de violencia por parte del Estado, compartieron sus testimonios para recuperar sus derechos pero sobre todo hacer justicia tras ser acusadas injustamente de crímenes a base de amenazas y tortura.

Georgina Cantú narró la historia de su hermana, quien desde el 2012 permanece detenida al ser acusada de secuestro y pese a asegurar que realmente no existen pruebas para acusarla de ello, hasta el momento continua en prisión acusada de pertenecer a los caballeros templarios; y que de acuerdo con Georgina, su hermana fue obligada a aceptar los cargos de lo que se le acusaba luego de que la amenazarán con hacerle daño a su hijo.

“Ella confiesa haber participado, porque cuando la detuvieron fue junto con su hijo, que en ese entonces tenía 13 años y la engañaron diciendo que si no aceptaba lo que ellos le decían lo iban a violar y matar enfrente de ella”, comentó.

Otro caso es el de María Magdalena Saavedra, quien en el 2013 un grupo de encapuchados irrumpió en su casa y quien en ese entonces fue víctima de tortura y tuvo que aprender de leyes luego de ser detenida para ser torturada, pero también abusada sexualmente por miembros de la Secretaría de Marina (Semar).

Y aunque después de siete años ha contado con al apoyo de la Centro Pro Derechos Humanos, luego de ser acusada de formar parte de un cartel, ninguno de quienes abusó de ella han sido detenido, aseguró y con el paso de los años ha aprendido a sanar aquello que vivió, pero sobre todo a aprender a defenderse y no quedarse callada, por lo cual continua en la lucha para evitar que más mujeres vivan la misma situación de ella al encarcelada injustamente, pues pasó de empresaria delincuente.

Para Dalila Torres, otra víctima más, su vida cambio en el 2013, luego de que fuera subida a una camioneta y agredida físicamente, para después verse casi obligada a firmar su culpabilidad tras ser amenazada con su familia, tuvo que declararse culpable de crímenes imputados y ser presentada como parte de un grupo criminal.

“Eran armas, drogas, homicidios, era de todo, yo traía de todo en el momento y entonces yo tuve que firmar, la verdad te hacen que firmes, te obligan con amenazas; más que nada lo que te pega es la familia”, compartió.

Pese a las situaciones vividas, aseguran que esto les ha dado fortaleza para seguir luchando, no solo para que sus casos tengan una resolución justa y paguen quienes violaron sus derechos humanos, sino que además buscan seguir luchando para aquellas mujeres que se encuentran en su situación logren alcanzar la libertad.

JLMR

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