Por irregularidades en su proceso judicial Virginia Valdés estuvo recluida en el penal de Neza-Bordo, en el Estado de México, y después de 16 años logró reunirse con su familia a través de la Ley de Amnistía, solicitud que fue hecha por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem).
La mexiquense originaria de San José del Rincón, vive en Ciudad de México con su madre, una mujer de la tercera edad. Ambas se dedican al comercio de artesanías y botanas en Garibaldi, una de las plazas más famosas de la capital del país.
En entrevista con MILENIO Estado de México, señaló que desde niña se dedicó a vender en las calles y prácticamente así ha sido su vida. Nunca se perdió en la vorágine del centro económico del país a pesar de su ascendencia indígena.
Un error la llevó a prisión
El amor de madre es de lo más fuerte que existe y ella sin duda lo aplicó, sin embargo, el ofrecer su ayuda para cuidar a una menor enferma fue lo que la llevó a la cárcel, ya que fue señalada de haber cometido homicidio en grado de parentesco.
“Es que mi hija es drogadicta y yo le cuidaba a la niña, pero le daban convulsiones, por sus ataques la última vez que se cayó ya no me respondió y fue al hospital, estuve con ella y a los cinco días falleció”.
La pequeña se cayó de una cama y por diversas complicaciones murió.
A pesar de estar en la cárcel, el tiempo dentro y fuera no deja de transcurrir. Por un lado, envejeció en el cumplimiento de una sentencia de 55 años; mientras que por el otro sus hijos, en ese entonces de 10, nueve y cuatro años crecieron sin ella. Al entrar a prisión dejó a unos niños y a su salida ya eran unos hombres, salvo uno que fue asesinado a los 16 años y no pudo despedirlo hasta que fue liberada.
“El domingo salí a ver a uno de mis hijos que mataron cuándo yo estaba en la cárcel, lo fui a visitar a donde quedó. Yo no podía salir a despedirme de él”.
La familia para ella fue uno de sus principales pilares, ya que su madre, María Isabel, dejó también de comerciar en Garibaldi los días que le tocaba ir a prisión a visitarla.
"Yo no iba a dejar a mi hija, yo voy a tocar puerta por puerta, a ver quién me ayudaba".
Uno de los principales obstáculos para su acceso a la justicia fue el conseguir a un abogado que quisiera atender su caso y que tampoco cobrara tanto, porque sus posibilidades económicas eran reducidas.
"Me lo hice posible, toqué puertas y puertas para que me ayudaran".
Una esperanza para miles
La Ley de Amnistía en el Estado de México es un instrumento jurídico que permite a los ciudadanos acceder a la justicia siempre y cuando se cumplan algunos supuestos contemplados en la ley. Los mismos imputados, familiares, organizaciones sociales y de protección de derechos humanos, pueden solicitar este beneficio.
En el caso de Virginia lo hizo la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, tras estudiar su situación y determinar que hubo categorías que debieron de ser tomadas en cuenta al momento de su proceso penal, como la vulnerabilidad, ser mujer, hablante de lengua mazahua, carecer de escolaridad y ser víctima de violencia familiar y de género.
Carlos Felipe Valdez Andrade, visitador general de Supervisión Penitenciaria de la Codhem, explicó que el caso de Virginia cumplía con los supuestos para acceder a este beneficio.
“Se trata de un asunto único en su tipo y precedente en el sistema de justicia mexiquense, ya que la Codhem es la que pidió la excarcelación de la comerciante”.
Hoy Virginia está libre, regresó al comercio, ya es abuela y tiene como meta estudiar la primaria para salir adelante y rehacer su vida.
JASJ