Aunque el Estado de México atraviesa un grave déficit de agua y sequía severa en gran parte de la entidad, el investigador de la facultad de Ingeniería y del Centro Interamericano de Recursos del Agua (CIRA), Carlos Díaz Delgado, advirtió que la crisis esta empezando y todavía no llega a su punto más álgido, por lo que urgen medidas de mitigación y buena toma de decisiones.
El especialista reconoció que la sequía es un fenómeno natural que no puede revertir el hombre, pero sí puede exacerbar y hacer una planeación para mitigar los impactos, porque esto repercute en varios renglones, incluyendo el aumento de costos de productos, la salud y prácticamente en todas las actividades diarias.
Para la correcta toma de decisiones puso a disposición de las autoridades, sobre todo ahora que existe nuevamente una Secretaría del Agua, de las investigaciones que han llevado a cabo en los últimos 30 años para aportar soluciones y el monitor de sequía que han realizado, incluso con una mayor resolución que el de América del Norte.
“Esto permitirá tomar decisiones o establecer medidas de mitigación más focalizadas. Esperemos que esta información sea tomada en consideración porque el déficit realmente está empezando, la crisis está empezando y todavía no llegamos a los puntos más álgidos e incluso para revertir el problema tomará varios años” acotó.
La crisis empezó en el 2017 y se ha agravado en los últimos años, hasta llevar a la entidad a una sequía severa en prácticamente toda la entidad y en particular en los embalses del Sistema Cutzamala que abastece 26 por ciento del consumo de la zona conurbada y a gran parte de la Ciudad de México.
“Debimos haber tomado en consideración estos aspectos y hacer una planeación para mitigar los impactos y la sequía, los impactos porque se van a ver reflejados en aspectos que van a impactar no solo el Estado de México, sino en la Ciudad de México, por lo tanto, se espera aumentos de costos en los bienes y servicios, una reducción en el suministro de agua” consideró.
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Vienen más crisis
La realidad, acotó, es que no estábamos preparados para hacerle frente a esta crisis, por lo cual se debe aprender rápido y actuar certeramente para que las consecuencias sean menores, incluso es necesario aprender a vivir en esta condición porque no será la única crisis; vienen otras más y probablemente más graves.
Carlos Díaz insistió que la condición que presenta el Estado de México este año es particularmente más intensa que la sufrida en Monterrey en el 2022, por lo cual se deben tomar medidas y aprovechar todo lo desarrollado y existente a nivel global.
Existe tecnología
En el CIRA han trabajado por más de 30 años en la búsqueda de soluciones a este tipo de problemas, e incluso tienen desarrollada tecnología propia como son sistemas de cosecha de agua de lluvia, agua en las casas, sistemas urbanos de drenaje sostenible, para tratar de aprovechar más el agua que se tiene y preservar los acuíferos, además de personal altamente capacitado.
Socialmente, cada persona debe ser parte de la solución, tratar de desperdiciar menos agua y reutilizarla. A nivel público se debe modificar la normativa de generación de nuevos fraccionamientos para ver un impacto hidrológico cero y mayor aprovechamiento del agua, reducir los consumos, mejorar las redes de distribución, para lo cual existen modelos matemáticos.
Por sequía encarecen frijol, maíz y azúcar
Derivado de la sequía y desertificación el país, en los últimos meses los productos del campo que más han encarecido y que potencialmente presentan un abasto crítico hacia delante son el frijol, el maíz y el azúcar.
La cosecha de este año es 50 por ciento menor a la del 2022, de acuerdo con Cuauhtémoc Rivera Rodríguez, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), en lo que va del año en el país el frijol tuvo un incremento del 17.67 por ciento, el maíz un alza del 40.63 por ciento y el azúcar con 17 por ciento.
"Los consumidores en general han resentido la inflación de alimentos que está por encima del 9 por ciento, no obstante que la inflación general se ha ido atemperando, la de alimentos va al doble de la general".
¿Cómo están los precios en la entidad?
En el caso del Estado de México el kilo de frijol en enero estaba en 33.90 y ahora en 23 pesos, una ventaja o disminución de 33 por ciento. En tanto, el maíz pasó de 23 a 39 pesos, es decir, tuvo una variación de 69.57 por ciento. Solo el kilo de tortilla en la entidad en enero estaba en 20 pesos y ahora está en 23, una variación de 3 pesos.
"En la pandemia, cuando todo eso empezó, llegamos a reportar el kilo de tortilla en 13 pesos, y había lugares como la Ciudad de México y el Estado de México que la tenían hasta en 10 pesos".
Si bien hay una opción con el maíz transgénico, la postura del gobierno es de un "no" a este tipo de productos porque no es bueno para el consumo humano.
"Tenemos una cultura basada en el consumo del maíz, lo comemos en todos los formatos, desde el elote y desgranado, en tamal, tortilla, atole, incluso sus hongos con el huitlacoche.
El debate por el maíz transgénico es cerrado porque es muy clara la posición del gobierno y abierto respecto a que no queda claro qué tan dañino puede ser".
El kilo de azúcar pasó de 22.90 a 37 pesos, es decir, subió 61.57 por ciento.
"Las zafra ha sido muy mala, la crisis del azúcar es general porque con la sequía se cayó la cosecha de este año, esperemos que el próximo año sea mejor. Por lo pronto no hay certidumbre o patrón meteorológico que diga que las cosas pueden mejorar".
En entrevista con MILENIO Estado de México, sostuvo que en el centro del país es donde se puede encontrar mayor calidad de productos y mejores precios porque se ubican los principales centros de abasto.
"llega de todo, ahí encontramos un mercado más robusto y por tanto más competitivo, y aún ahí está todo muy caro".
Por ello, la esperanza es que llueva para que se contener el mercado, pues lo que preocupa al ciudadano de a pie es el costo de la comida y los servicios, sobre todo, cuando su poder adquisitivo se ve minado y está por debajo de lo que cuesta la canasta básica.
Sequía afecta productividad
La crisis en la productividad del campo mexicano -recodó- deriva de varios factores como más de una década de sequía, la cual se ha intensificando en el último año por el fenómeno de La Niña.
"El nivel de estrés hídrico que tiene el país es muy fuerte, dos terceras partes están en riesgo de sequía y una tercera parte tiene sequía extrema, las presas tienen pocos volúmenes de agua por la falta de lluvia y empieza a haber en muchas ciudades temas de abasto para los domicilios".
La sequía -expresó- tiene dos rostros, cuando no llueve nada y se seca todo, es decir, se erosiona la tierra y no hay condiciones para sembrar; y la lluvia extrema que viene con chubascos y tormentas que de igual manera dañan las cosechas y los sembradíos, y es tan fuerte que no alcanza a penetrarse el agua a la tierra y no se nutren las cuencas.
"Tan sólo la sequía de este verano ha sido 60 por ciento más intensa y erosionante que la del verano 2011, por lo que la cosecha de este año ha sido 50 por ciento menor a la del 2022. En el acumulado de la última década la cosecha ha sido 60 por ciento menor".