Un mes más está por llegar a su fin, julio nos deja, pero antes de que esto ocurra trae consigo una conmemoración para algunos “extraña”, para otra necesaria, el Día Internacional del Mal de Amores, el corazón roto, esa sensación humana de abandono de una pareja o persona que generó sentimientos especiales en otra, amor o veces confundido por obsesión e incluso malas interpretaciones de una buena relación de amistad o respeto.
Cuando cualquier persona pasa por el proceso de enamoramiento no se piensa qué hacer o qué pasa cuando éste llega a su fin, generalmente duele y “parte el corazón en mil pedazos”, denominado como “mal de amores”, el cual se cataloga como una situación de sufrimiento y malestar físico y emocional ocasionado por la dificultad de posibilidades de vivir una relación de pareja armoniosa y estable con la persona amada y aunque no lo parezca data desde tiempos inmemoriales, quedando registrado en documentos y con una vasta bibliografía sobre el tema, tan sólo debemos recordar obras literarias como Romeo y Julieta de William Shakespeare, entre otras producciones culturales en diversos medios de entretenimiento.
Actualmente, y sobre todo desde el 2010 cuando se popularizó esta “festividad”, el mal de amores sigue siendo una realidad del ser humano, quienes oscilan constantemente entre el amor y el desamor, además de ser un tópico abordado en infinidad de películas, series y programas de televisión; y corresponde a un estado hormonal y psicológico que genera una serie de emociones y procesos bioquímicos, como angustia, frustración, ira, tristeza, depresión, irritabilidad e incluso pérdida de peso.
Dicha condición se puede superar con acciones que parecen simples, para avanzar en la vida y como se dice coloquialmente, “pasar la página”, entre estos consejos para curar este padecimiento se encuentran: evitar al "ex", no contactar a la ex pareja, no espiar sus redes sociales, y mucho menos hacerlo el tema central de tu vida; control de las emociones, aunque parezca difícil no se debe sucumbir ante los sentimientos y emociones negativas que incidan en nuestra toma de decisiones; expresar sentimientos, una buena plática con amigos, familia o un terapeuta, pueden purificar el alma, la mente y el espíritu; realiza alguna actividad física o manual, ejercicios para liberar endorfinas, conocidas como la "hormona de la felicidad", o hacer un taller, curso o actividad.
Finalmente, existe el dicho de “barriga llena, corazón contento”, y para eso el mismo 29 de julio tiene la respuesta, ya que también alberga la celebración del Día Internacional de la Alita de pollo, el cual tiene su origen en un restaurante de la ciudad de Nueva York; aunque es fruto de una equivocación; Teressa Bellissimo en el año 1964 regentaba un establecimiento familiar, el Anchor Bar, y se cuenta que fue la primera persona que sirvió un plato de alitas de pollo al estilo Buffalo, al preparar pollo frito con una salsa picante, la tradición cuenta que su plato se hizo tan viral que el alcalde de la ciudad de Buffalo declaró el 29 de julio como Día Nacional de las Alitas de Pollo; así que ya lo sabes, ante un “mal de amores” aprovecha el día y come alitas de pollo, acompañadas de una buena cerveza o un trago, además de un buen partido de tu deporte favorito, película o serie, ya que como dice el vulgo, “si no se te quita, al menos se te olvida”.