Desde el 29 de septiembre como cada año, los pobladores se prepararon para realizar la primera ofrenda a San Miguel Arcángel, la cual se considera como el preludio a la fiesta más grande de la Huasteca: el Xantolo de Día de Muertos.
Sin embargo, este año contrario a los anteriores, no lució la flor de cempasúchil en la mayoría de los altares, pues habitantes del municipio de Jaltocán y algunos productores del campo señalaron que debido a la sequía, no hubo cosecha.
Isaías Ramírez, director de Cultura del municipio de Jaltocán, refirió que fue difícil para él conseguir esta flor característica del Xantolo.
“Yo batallé mucho para conseguir... me tuve ir que a una comunidad y muy caro, de hecho, me comenta la mayoría de las personas que se dedican a la cosecha del sembradío de cempasúchil que sí se perdió mucha cosecha por la sequía”.
Algunas señoras del municipio señalaron que con anticipación compran su flor, pero en esta ocasión no encontraron.
“Yo fui a buscar a la plaza desde hace días, pero no encontré, la sequía afectó la cosecha”, indicó una habitante de Jaltocán.
Xantolo inicia con ofrenda
De acuerdo con la cosmovisión indígena, se abren las puertas del cielo y ayer 29 de septiembre, se realizó la primera ofrenda a San Miguel Arcángel para recibir a los familiares que fallecieron.
Para realizar la ofrenda, en los pueblos originarios ocupan el copal para ahumar todo aquello que se coloca en los altares, así como el chocolate, pan, café, bebidas que degustaban los fieles difuntos en vida, y no puede faltar los tamales.
Xantolo es la ceremonia a los muertos que se realiza en la Huasteca que deriva del latín “sanctorum”, por lo que en la acepción náhuatl, Xantolo significaría “fiesta de muertos”, y responde en el pensamiento indígena a una forma de veneración a los espíritus que regresan a la tierra para visitar a sus antiguos parientes.