Junto con los primeros rayos de sol que se asoman por las ventanas de miles de hogares, resuenan pisadas casi imperceptibles, pero que se acompañan con risas infantiles, sonidos que hasta el momento se mostraban apagados debido a la pandemia de covid-19, ya que los menores no abandonan sus hogares para acudir a la escuela, pero en el Día de Reyes parece existir una excepción para que puedan salir a las calles y disfrutar su infancia al menos por unas horas.
Cajas vacías de juguetes resaltan en las afueras de las casas, mientras algunos pequeños y pequeñas recorren el pavimento con una bicicleta nueva, triciclo, patines e incluso algunas patinetas; otros tantos buscan espacios abiertos para dar uso a ese balón de futbol que encontraron bajo el árbol o cerca de sus zapatos, otros más presumen autos a control remoto; en tanto algunas niñas juegan con casas de muñecas en lo que parece ser un obsequio más en este seis de enero, pero más allá de los juguetes el verdadero regalo es la libertad de jugar nuevamente como si la pandemia no existiera.
Algunos hogares resuenan con otros ecos, parecen diálogos de películas, pero al escuchar a los infantes y a sus padres con expresiones poco comunes como: “apaga tantito eso y ve a la tienda”, se deduce que los videojuegos fueron parte de las sorpresas para los miles de niños y niñas en este Día de Reyes; a los pocos minutos un pequeño sale con pijama corriendo, en días como este el tiempo es oro y más aún cuando hay juguetes nuevos que requieren de la atención del nuevo dueño, las sonrisas una vez opacadas por la contingencia sanitaria retoman su lugar y los infantes parecen llenos de vida nuevamente.
Las calles no son las únicas que tienen una afluencia distinta en esta fecha, algunos parques y espacios públicos en la capital de Hidalgo y en su zona metropolitana, reciben la visita de pequeños y pequeñas que dan uso a sus obsequios de Día de Reyes, aunque a diferencia de los años anteriores a la contingencia sanitaria es mucho menor la presencia de infantes en cada inmueble, situación que no en todos los casos resta diversión a quienes durante meses no tenían motivo para salir de sus hogares.
Juguetes no es el único regalo que los niños y niñas recibieron este seis de enero, algunos presumen sus prendas recién adquiridas para mostrarlas a sus vecinos, amigos y familiares, pues aún hay festejos posteriores a la apertura de obsequios que se suscitó en las primeras horas de esta fecha, “apúrate y arréglate con tu ropa nueva para que se la enseñes a tus abuelos”, dice una madre a su hijo, quien no muy contento deja su balón en el jardín para encaminarse al baño y prepararse para una tarde que seguramente incluirá la degustación de una Rosca de Reyes y un chocolate caliente, el cual fácilmente podría ensuciar la nueva vestimenta del pequeño.
Conforme se acerca la tarde, las risas de los infantes se apagan nuevamente en las calles y los parques se ocupan por personas mayores de edad; el aroma de los guisos emana de cada hogar en espera de que los niños y niñas se sienten a la mesa y consuman los alimentos que sus madres o padres prepararon para ellos, después de una mañana agitada en la cual regresó la infancia a las calles de Pachuca, los pequeños y pequeñas están listos para regresar al resguardo y evitar a toda costa el contagio de covid-19, pero su sonrisa permanece, los “Reyes Magos” cumplieron su cometido y regalaron felicidad a millones este seis de enero.