Desde hace tiempo se sabe que las cámaras de las computadoras portátiles podrían poner en peligro la privacidad y la seguridad de sus usuarios pues representa un manera fácil de ser espiados, y aunque muchas personas colocar cinta sobre la cámara, fueron tachadas de paranóicas, lo cierto es que hasta el propio Mark Zukerberg es usuario de esta medida.
Sin embargo, mucho se habló sobre cubrir la cámara de nuestros ordenadores, pero ¿qué hay sobre la cámara frontal de nuestros celulares?
Hay quienes creen que deberíamos cubrirla también, especialmente en los celulares con sistema operativo Android, pues al momento de descargar una aplicación y empezar a usarla, se nos pide una tanda de permisos entre los que incluye la geolocalización y el acceso a la cámara y el micrófono, y muchas veces ni siquiera estamos al tanto de que hemos dado autorización de que estén en uso.
Con iOs es un poco más difícil que esto ocurra, pues las autorizaciones aparecen una por una y puedes decidir con más conciencia, además de que pide permisos constantemente y no sólo durante la instalación o la primera vez que estás utilizando una app.
Sin embargo, la "paranoia" puede estar justificada, pues apenas a principios de este año, iOs demostró que también tiene errores en sus sistemas de seguridad, cuando un adolescente descubrió que podía espiar a sus contactos a través de FaceTime antes de que estos contestaran una llamada.
Así que como las cámaras están siempre encendidas, es un peligro cuando de errores de seguridad ajenos a nosotros se trata.
¿Qué podemos hacer para resolver estos problemas de seguridad?
Danny O'brien, director de estrategia de la Electronic Frontier Foundation, le dijo a la revista estadunidense Mashable que lo ideal sería que los fabricantes permitieran desactivar las cámaras de los celulares, pero que mientras esto no fuera posible, pegar cinta adhesiva funcionaba no sólo para protegerse de cualquier ataque inesperado proveniente de un error, sino también para hacer notar a las compañías el miedo al que se enfrentan los usuarios.
cjr