Uno de los teléfonos más icónicos de Motorola fue el Razr, que con un diseño “flip” o en forma de concha, se convirtió en uno de los modelos más vendidos en la historia de la compañía. Razr regresa al mercado para la nostalgia de quienes llegaron a usarlo.
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Este nuevo Razr llega con una pantalla OLED flexible, que al abrirse se despliega hasta 6.2 pulgadas y una relación 21.9, que permite tener un gran espacio para trabajar, ver videos o jugar videojuegos.
El teléfono se siente robusto, nada frágil, y es que a diferencia del Samsung Galaxy Fold, la pantalla se dobla de una manera más natural como parte del diseño flip, y Motorola aseguró es mucho más resistente que otras flexibles, con resistencia a salpicaduras y polvo.
La parte externa del teléfono es una pantalla, también OLED, de 2.7 pulgadas, donde se podrán ver notificaciones de llamadas y tener control de la privacidad de la información que se despliegue.
En el evento de presentación en Los Ángeles, California, probamos abrir y cerrar varias veces el teléfono sin que se sintiera frágil, pues tiene una bisagra especialmente diseñada para esta función, la cual permite que al cerrarse se tenga un aislamiento total de la pantalla flexible.
El diseño incluye, en la parte inferior, un lector de huella digital para desbloqueo antes de abrir el teléfono. Tiene una cámara frontal de 5mp y una trasera de 16mp que están en el mismo nivel de calidad de otros teléfonos de gama media; sin embargo, el trabajo de la inteligencia artificial es bastante bueno para fotografías con fondo fuera de foco y reconocimiento de objetos.
El Moto Razr costará mil 500 dólares y llegará a principios de 2020 a Estados Unidos; se espera que varios países de América Latina, entre ellos México, estén entre los primeros en el mundo en tener el smartphone. El precio en nuestro país rondará por debajo de los 30 mil pesos, haciéndolo el teléfono flexible más barato en el mercado.
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