Nintendo, un nombre que resuena en los hogares de millones de personas, tanto dentro como fuera de la industria del videojuego es sinónimo de innovación, entretenimiento y definitivamente de legado.
Sin embargo, pocas personas conocen el origen humilde de esta gigante de la industria del videojuego, que comenzó en 1889 como una pequeña empresa de fabricación de naipes en Kyoto, Japón.
Fundada por Fusajiro Yamauchi, Nintendo atravesó más de un siglo de transformaciones, pasando de producir hanafuda (naipes tradicionales japoneses) a liderar una industria que no existía cuando la compañía fue creada.
Hoy, Nintendo es reconocida como pionera en el entretenimiento digital, creadora de franquicias icónicas como Mario Bros, The Legend of Zelda y Pokémon, y responsable de consolas que marcaron generaciones, como la NES, la Game Boy y la Switch.
Sin embargo, este éxito no fue producto de la casualidad; fue el resultado de una visión empresarial audaz, una capacidad inigualable para adaptarse a los cambios y un compromiso inquebrantable con innovar.
Conoce la historia de cómo Nintendo pasó de ser un fabricante de cartas a ser un gigante mundial del entretenimiento en videojuegos.
Un negocio de cartas
Nintendo fue fundada el 23 de septiembre de 1889 por Fusajiro Yamauchi, quien dedicó la empresa a la producción de hanafuda.
Estos naipes tradicionales, decorados con ilustraciones artísticas, se utilizaban en Japón principalmente como pasatiempos no asociados a las apuestas, un elemento crucial dado que en 1882 el gobierno japonés había prohibido la mayoría de los juegos de azar.
Esta legislación llevó a muchos fabricantes de cartas a cerrar, pero también abrió oportunidades para compañías como Nintendo, que se posicionó en un mercado con menor competencia.
La estrategia inicial de Nintendo fue astuta: ofrecía cartas tanto de alta calidad, destinadas a un público exclusivo, como una línea más económica fabricada en plástico, accesible para un mercado masivo.
Esta diversificación permitió que la empresa creciera rápidamente, convirtiéndose en líder del mercado de naipes en Japón. Además, la producción de mazos con diseños variados fomentaba el coleccionismo, asegurando una demanda constante.
Con el tiempo, Nintendo comenzó a exportar cartas al extranjero y, tras la Segunda Guerra Mundial, consiguió un acuerdo con Disney para fabricar naipes con imágenes de los personajes más populares de la compañía estadounidense.
Este movimiento no solo expandió la presencia de Nintendo en el mercado occidental, sino que también atrajo a un público infantil, sentando las bases de su futura dirección como empresa de entretenimiento.
Hiroshi Yamauchi: la era de la diversificación
En 1950, Hiroshi Yamauchi, bisnieto del fundador, asumió el control de Nintendo. Con apenas 22 años, Hiroshi heredó una compañía tradicional y bien posicionada en el mercado de cartas, pero con perspectivas de crecimiento limitadas.
Su visión y voluntad de experimentar marcaron un antes y un después para la empresa.
Durante los 53 años que estuvo al frente de Nintendo, Hiroshi dirigió dos grandes transformaciones: la diversificación hacia los juguetes y, más tarde, la incursión en los videojuegos.
En la década de 1960, los juegos de cartas comenzaron a perder popularidad en Japón. Los deportes, el manga y las máquinas de pachinko estaban capturando la atención del público adulto y juvenil.
Ante este escenario, Hiroshi decidió diversificar las actividades de la empresa. Nintendo comenzó a producir juegos de tablero tradicionales como el ajedrez y el mahjong, muy populares en Japón, así como juguetes innovadores.
Entre estos juguetes destacaron las Ultra Toys, creadas por Gunpei Yokoi, un ingeniero que más tarde diseñaría la Game Boy.
Las Ultra Toys fueron un gran éxito comercial, pero su producción se vio afectada por la crisis del petróleo de 1973, que encareció los materiales plásticos necesarios para su fabricación.
Este contratiempo obligó a Nintendo a reconsiderar su estrategia y explorar nuevas formas de entretenimiento.
El salto a los videojuegos: el comienzo
La crisis del petróleo de los años 70 marcó un punto de inflexión para Nintendo, que decidió incursionar en la emergente industria de los videojuegos.
En 1977, la compañía lanzó la línea de consolas domésticas Color TV-Game, un producto modesto pero funcional que marcó su entrada en el entretenimiento electrónico.
Al mismo tiempo, Nintendo desarrolló las Game & Watch, pequeñas consolas portátiles que contenían un único juego y que fueron un éxito rotundo, vendiendo casi 60 títulos en total.
La verdadera revolución llegó con la incorporación de Shigeru Miyamoto en 1977. Este joven diseñador creó Donkey Kong en 1981, un juego para máquinas arcade que presentó al mundo dos personajes que definirían a Nintendo: Donkey Kong y Mario.
El éxito de este título consolidó la posición de la compañía en el sector y preparó el terreno para su primera gran consola: la Famicom.
Lanzada en 1983, la Famicom (o NES, como se le conoció fuera de Japón) fue un hito en la industria de los videojuegos. Además de introducir gráficos avanzados para la época, permitió a Nintendo distribuir títulos que después se convertirían en emblemas de la empresa japonesa como Super Mario Bros y The Legend of Zelda, que rápidamente fueron fenómenos globales.
La guerra de las consolas
Durante la década de 1990, Nintendo enfrentó una feroz competencia con SEGA y Sony en lo que se conoció como las "guerras de las consolas".
Aunque la Super NES mantuvo a Nintendo como líder del mercado, la decisión de utilizar cartuchos para la Nintendo 64, mientras que Sony y SEGA adoptaban CDs, fue un error estratégico que le costó importantes alianzas con desarrolladores externos.
Además, Nintendo había colaborado previamente con Sony para desarrollar un periférico para la Super NES que usara tecnología de CDs. Sin embargo, el proyecto fue cancelado, lo que llevó a Sony a desarrollar la PlayStation de manera independiente, creando un competidor que redefiniría la industria.
A pesar de estas dificultades, Nintendo logró mantenerse relevante gracias a la Game Boy, una consola portátil que, junto con la franquicia Pokémon, aseguró su dominio en el mercado de portátiles.
Legado de innovación y adaptación
Hoy en día, Nintendo sigue siendo una de las empresas más influyentes en la industria del entretenimiento.
Su capacidad para innovar, desde consolas revolucionarias como la Wii hasta la híbrida Nintendo Switch, demuestran que la compañía siempre encuentra formas de reinventarse.
Además, franquicias como Mario, Zelda y Pokémon siguen capturando la imaginación de nuevas generaciones, asegurando que el legado de Nintendo perdure en el tiempo.
Desde sus inicios como fabricante de naipes hasta convertirse en un ícono global, la historia de Nintendo es un testimonio de cómo la innovación y la visión estratégica pueden transformar una empresa y cambiar el mundo del entretenimiento para siempre.
MO