Una de las rivalidades más conocidas en el mundo de los videojuegos fue la de Sega y Nintendo: ambas empresas Japonesas, ambas con desarrollos de increíbles consolas, ambas con personajes icónicos de la industria y ambas han servido como guía y referencia para otras empresas y estudios.
Desafortunadamente, Sega abandonó el mercado de las consolas en 2001, no sin antes haberle dado al mundo entero una de los mejores productos que hemos visto en los anaqueles de las tiendas de videojuegos: Sega Dreamcast.
Esta consola fue una genuina maravilla de su generación, el hardware era muy versátil, el juego en línea era muy sencillo de usar, tenía un navegador de internet pensado para quienes no tuvieran acceso una computadora y hasta las VMU (memorias) eran geniales pues podías transferir archivos o jugar contra alguien sin necesidad de usar la consola, esto sin mencionar que los juegos para el Dreamcast siguen, hasta la fecha, como algunos de los más creativos y divertidos de todos los tiempos.
Uno de estos títulos altamente aclamado por videojugadores y prensa en general fue Shenmue, proyecto que para su época fue muy ambicioso y es que presentó innovaciones que hoy son un estándar mínimo en los videojuegos: diálogos en voz completos para todos los personajes, animaciones (en especial de las artes marciales) realistas, expresiones faciales más detalladas y hasta la inclusión de los QTE o Quick Time Events que era presionar el botón indicado en el momento justo para no romper la secuencia animada.
Originalmente, esta franquicia estaba pensada para llegar en varias entregas, por lo menos cuatro de ellas, pero al final debido a los altos costos de desarrollo solo se pudieron completar dos episodios, y la secuela llamada Shenmue II llegó al Dreamcast en 2001 para los mercados europeos y asiáticos mientras que en Norteamérica, optaron por lanzarlo para el Xbox enardeciendo a los fanáticos de la serie.
Como si no hubiera pasado el tiempo
Lo mejor de Shenmue no era su sistema de juego o gráficos, lo que realmente te cautivaba era la historia situada en la década de los ochenta protagonizada por Ryo Hazuki, un joven de Yokosuka, Japón que pierde a su padre a manos de un asesino llamado Lan Di que está en busca de unos objetos llamado espejos del dragón y del fénix. Ante estos terribles eventos, Ryo jura venganza y comienza a investigar todo lo relacionado con estos espejos y el asesino de su padre.
Su aventura lo lleva a conocer villanos, nuevos amigos e incluso a visitar tierras lejanas donde el misterio está a la orden día y Shenmue II termina en un momento crítico, cuando la investigación de Ryo lo guía a la villa de Bailu, China donde conoce a Shenhua Ling, una chica que es parte de la profecía de los espejos.
Shenmue III inicia (18 años más tarde), justo al término de estos eventos, en la pequeña cabaña de Shenhua Ling, con su padre desaparecido y los secuaces de Lan Di aterrorizando a los pobladores de la pequeña villa de Bailu.
Para bien y para mal, el sistema de juego es exactamente el mismo que se usó en el Dreamcast, así que, por un lado, quienes jugaron las primeras dos entregas de inmediato les llegará a la memoria la forma de jugar tan pausada que caracteriza a la serie.
Aunque lo parece, Shenmue no es un juego de acción, por el contrario más bien es un juego de investigación en un área delimitada que poco a poco se va abriendo. La idea es hablar con los diferentes personajes, tomar notas, ayudar a los habitantes con sus problemas, trabajar y ganar dinero, perderlo todo apostando (no es muy recomendable, aunque es una actividad necesaria) y pulir tus movimientos de artes marciales para los encuentros con los antagonistas.
Existen ligeros rastros de RPG en el sistema de juego, aunque es raro. Ryo tiene puntos de vida (HP) pero no obtiene experiencia por pelear, más bien su nivel de fuerza y resistencia aumenta cada vez que entrenas, ya sea los ejercicios fijos o con un compañero de combate.
De hecho, es obligatorio entrenar para poder vencer a ciertos enemigos pero, el juego no hace suficiente hincapié en este aspecto, y otra cosa que los jugadores casuales probablemente no entiendan bien cómo funciona es la parte de aprender nuevos movimientos.
Para que Ryo aprenda nuevos movimientos es necesario adquirir nuevos pergaminos, algunos los venden en las tiendas y otros los obtienes por medio del trueque, que implica gastar tu dinero ayudando a las personas o bien, invirtiendo en los muchos minijuegos disponibles (desde las maquinitas de cápsulas hasta los juegos de destreza).
El progreso es lento y el juego hace poco por guiarte a tu destino fácilmente y si no pones atención a los detalles de las conversaciones hasta puedes llegar a perderte. No puedes acceder al menú de manera “normal” (ursas R1) y la libreta que guarda tus apuntes puede ser confusa sobre todo si tienes varios objetivos simultáneos.
De nuevo, para quienes tuvimos la oportunidad de disfrutar los dos primeros juegos en su momento, la llegada de este tercer episodio es algo que pensamos imposible, nunca creímos que veríamos la continuación de una historia tan bonita y mucho menos, en esta generación, sin embargo para el videojugador casual o los jóvenes que no tienen tantos años jugando, Shenmue III puede no tener ningún sentido ya que el juego no te provee con las suficientes herramientas para ponerte en contexto (el pequeño video incluído que resume los dos primeros juegos se queda muy corta) y ciertamente el sistema de juego no se actualizó, por lo que muchos lo encontrarán torpe, aburrido y sin sentido.
Es imperativo saberlo todo
Me encantaría poder decirles que Shenmue III es un juego para todos, que no importa que no hayas jugado los otros dos juegos de la serie, igual vas a disfrutar esta entrega y que de inmediato te vas a enamorar de ella, pero estaría mintiendo. Para Poder disfrutar este juego es indispensable haber jugado Shenmue I & II, solo así entenderás lo que está pasando a la perfección y tendrás empatía con el protagonista, de lo contrario, querer jugar Shenmue III sin ninguna referencia es como querer correr una maratón porque trotas tres km todos los días.
La buena noticia es que puedes adquirir Shenmue I & II a un precio bastante razonable en el PlayStation 4 y la PC, de hecho, también los puedes encontrar en la tienda de Xbox y si tienes Game Pass, puedes descargarlos en este momento de manera gratuita.
Para los fans que llevan casi dos décadas esperando por esta tercer entrega, no hay mucho que decir: ¡Cómprenlo! ¡Disfrútenlo! ¡Pero no se hagan ilusiones! La historia no termina aquí, falta al menos un capítulo más y no sabemos si vaya a llegar, o si tengamos que esperar otros 18 años para ver la conclusión de la serie, todo depende de las ventas.
RL