Hay jugadores que menosprecian los títulos de minijuegos, algo hasta cierto punto comprensible, debido a que no es la misma experiencia que un juego con mecánicas consistentes. Esto, hace parecer que todos estos títulos se acercan mucho más a un público casual o, en su defecto, al modo multijugador, pues ponen un suelo 'parejo' entre jugadores veteranos y casuales.
WarioWare: Move It! para la Nintendo Switch no es la excepción a todo lo anterior. Se trata de un título de 'fiesta de minijuegos' para la franquicia, que llega apenas dos años después de WarioWare: Get It Together!, y sin un plataformero Wario Land a la vista.
WarioWare: Move It!: ¿vale la pena?
El nicho de fans de la franquicia es uno que, seguramente, disfrutará de una actualización de la saga. Ésta está llena de momentos divertidos en el modo historia con los poco entrañable personajes de la saga. Los diálogos y cinemáticas pueden sacarte una sonrisa pero puede llegar un usuario que no les halle sentido, dado que el contexto no es importante y únicamente funciona para justificar el que esté en una paradisíaca playa de vacaciones, algo que sobra en cualquiera de los casos.
Si hay algo que destacar de estas cinemáticas, es el colorido estilo artístico, cuyas ilustraciones son de una excelente calidad en general; no podemos decir lo mismo de los modelados de todos los minijuegos, ya que, especialmente los tridimensionales, parece que fueron hechos sin cuidado en los detalles. Es lógico que intenten mantener el juego lo menos pesado posible, pero le quita un punto a la experiencia.
La jugabilidad está pulida a un 80 por ciento, pues hay algunas posturas que parecen no ser muy claras y terminan por ser frustrantes. En general, no es así. Mayoritariamente, es un juego bastante ameno y disfrutable, que te mantiene en un estrés constante entre un minijuego y otro, al no saber qué vendrá a continuación. Definitivamente, es para disfrutar en compañía, pues no cualquiera querrá hacer espacio en su sala para comenzar a hacer poses extrañas.
Sin embargo, cuenta con puntos malos muy notables y que hacen que la experiencia no sea redonda; no por ello, son lo más destacable pero hay que mencionarlo.
El jefe final de vuelo, por ejemplo, es confuso y poso comprensible de entender. Eso tiene que ver, en gran parte, con la forma específica de tomar los joy-cons, único medio posible para jugar este título, que no da cabida a un pro control. No todos los jefes son malos, la mayoría de ellos son bastante buenos y se sienten como minijuegos un poco más trabajados, largos y retadores, pero al menos una tercera parte de ellos dejan mucho qué desear.
Y hablando sobre los joy-cons, son un punto tanto fundamental y tanto positivo como negativo. Primero hablemos sobre lo bueno: son la base del juego y se lo cargan al hombro, pues se trata del único control con que puedes jugar, lo cual justifica en sus mecánicas principales; esto puede llevar un problema de origen, puesto que, para jugar acompañado, requieres de dos pares, lo cual puede ser un poco costoso. Sin embargo, su gran tecnología y sensibilidad lleva, en la mayoría de las ocasiones, a vivir divertidos momentos, y probablemente, el tiempo se te irá mucho más rápido de lo que piensas.
Pero la parte negativa, ya la conocemos: son controles que valen por su tecnología pero que dejan mucho que desear en términos de calidad en materiales y durabilidad. Los jugadores promedio prefieren no usarlos, primero, porque no son tan cómodos en modo casero; y en segunda, porque tarde o temprano terminarán estropeados por más cuidadoso que seas. A esto, se añaden algunas cuestiones, como la pose "al asecho", la cual es una excelente idea, o lo sería si esto no implicara una manipulación brusca para la que su mismo producto no está capacitado.
Terminemos con algo que hace que este juego valga la pena si eres de México o cualquier parte de Latinoamérica: la localización. Habiendo más latinoamericanos que españoles, uno suele no explicarse por qué los juegos no se doblan primero en América y luego, si es posible en España, con apenas 42 millones de habitantes. Dejando de lado el aspecto político que pueda tener, el hecho de tener doblaje y textos aptos para la región hacen amable el título desde el inicio, algo que ojalá entiendan todas las desarrolladoras desde el segundo en que piensen en vender sus títulos en nuestro territorio.
En general, WarioWare: Move It! es una experiencia agradable para pasar el rato, y enfocada a un público juvenil pero maduro. El humor es bueno y guarda la esencia bizarra del personaje, antítesis de Mario. La jugabilidad es parcialmente buena, pese a algunos momentos donde la sensibilidad de los joy-cons no interpretan correctamente los movimientos, en gran parte por la forma inusual de tomarlos. Tiene problemas que pueden hacer muy frustrarte la experiencia, sin contar momentos de gráficos muy malos. Sin embargo, es una de las mejores formas existentes en la Nintendo Switch de compartir con otros y de ser 'ridículo' en compañía de alguien sin que se juzguen.
Pero, por el momento, queda la pregunta que muchos nintenderos tienen: ¿por qué no regresa Wario Land desde la salida de la Nintendo Switch?, algo que más de uno se pregunta, y con razones de sobra.
Mira el tráiler de WarioWare: Move It!
caov