La Biblioteca Palafoxiana de Puebla conserva ejemplares históricos y raros que representan auténticas joyas de papel, destacando por su riqueza cultural y valor patrimonial.

Además de la investigación por los chips de ropa, también acusaron daños a la Biblioteca Palafoxiana en el periodo de Sergio Salomón Céspedes.

En los estantes de la biblioteca se cuenta con siglos de conocimiento y de cultura, por lo que, mediante las salas inauguradas se brinde la oportunidad de tener acceso a los libros.

Los manuscritos se han sometido a conservación, pues son una de las herencias documentales occidentales más antiguas que se conservan en América Latina.

Revisión al recinto es la segunda parte de la auditoría iniciada en marzo a museos estatales.

Las epistolares consisten en la Carta de Puebla, la inmediata y afectuosa contestación del obispo de esa diócesis, Manuel Fernández de Santa Cruz; y la Carta de San Miguel.

La Biblioteca Palafoxiana es valiosa por preservar un fondo de manuscritos único en el mundo, al que se suman nueve incunables, es decir, libros que se imprimieron durante el siglo XV.

"Los estudiantes de aquellas épocas utilizaban navajas para afilar sus plumas y con estas navajas tallaron algunos nombres, muchísimos nombres".

Entre su acervo, la Biblioteca Palafoxiana destaca por poseer nueve incunables, es decir, los primeros libros que fueron editados tras la creación de la imprenta en 1440.

Fundada en 1646 con cinco mil volúmenes, la institución poblana es la única en México incluida en el Registro de Memoria del Mundo.