La FGR informó que la pirotecnia fue asegurada en distintos inmuebles y también se logró detener a tres hombres y a una mujer.

El ataque se produjo dos días después de que miles de personas se concentraran en Bagdad en respuesta a un llamado del clérigo populista Moqtada Sadr a exigir la expulsión de las tropas estadunidenses de Irak.

El primer ministro en funciones de Irak, Adel Abdul Mahdi, condenó el ataque contra la embajada estadunidense y lo calificó de "crimen contra una misión diplomática en territorio iraquí".

Uno de los ataques se registró en la Zona Verde de Bagdad, la parte fortificada de la cuidad, sede de las principales embajadas extranjeras y los ministerios del gobierno iraquí.

Las personas confundieron el sonido de los cohetes con disparos, por lo que los servicios de emergencia recibieron varias llamadas de alerta.

Se desconoce si el material pirotécnico fue encendido por uno de los afectados o fue arrojado desde el exterior de la vivienda.

Luis Carlos Fuentes, representante de un grupo de comerciantes, informó que se les negó el amparo debido a que no consiguieron el permiso de suelo para instalarse en el cruce de las avenidas Miguel Alemán y Teléfonos.

El arzobispo Rogelio Cabrera dijo que la autoridad debió de prevenir la cancelación de permisos de venta de cohetes para no afectar la economía de los comerciantes.

El accidente ocurrió en el municipio de Cerralvo, pero la menor de nueve años de edad tuvo que ser trasladada al Hospital Universitario debido a las lesiones.

Autoridades implementaron un operativo en diversos mercados del puerto y en dos hechos diferentes decomisaron 186 y 20 kilogramos de cohetes, respectivamente.